Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37).
Al igual que Jesús fue rechazado, nosotros también seremos rechazados.
Así como como Jesús llevó su Cruz, nosotros debemos llevar nuestra cruz.
Al igual que Jesús fue atribulado, nosotros también pasamos tribulaciones.
Así como Jesús se negó a sí mismo para darnos salvación, nosotros también debemos negarnos para ganar almas para Él.
Así como Jesús venció el pecado, nosotros también lo venceremos.
Al igual que Jesús venció a este mundo, asimismo nosotros le ganaremos.
Así como Él derrotó a la muerte, asimismo nosotros la derrotaremos.
Todo Honor, toda gloria sea dada a ti, porque solo Tú eres digno de recibir toda alabanza eternamente y para siempre, Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario