martes, 28 de julio de 2015

Viviendo en el espíritu

Cuando una persona es nacida de nuevo, se manifiesta a través de su vida, que Jesucristo verdaderamente mora en él (su testimonio), porque la palabra de Dios dice que manifiestas son las obras de la carne (pecados y malos deseos), y de igual manera, son manifiestas las obras del Espíritu Santo en nosotros; cuando tú ya has nacido de nuevo o estás en el proceso hacia un nuevo nacimiento en Cristo Jesús, las personas a tu alrededor lo notarán y lo dirán; sin que lleves un rótulo sobre tu cabeza con una flecha que diga soy cristiano, El Espíritu de Dios hablará a través de tus acciones.
Se refleja en cada uno de nosotros, el amor de Dios a través de su Espíritu Santo, porque este da testimonio a través de frutos, que este ha hecho crecer y reproducirse en nuestra forma de vida.
Si somos cuidadosos para actuar bajo la dirección y el poder del Espíritu Santo, seremos liberados de los estímulos y de la oposición de la naturaleza corrupta y pecaminosa que queda en nosotros, y ésta no tendrá dominio sobre nosotros, porque prevalecerá el fruto del Espíritu de Dios en nosotros: AMOR.
Gálatas 5:22 En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demásestar siempre alegres y vivir en paz con todosNos hace ser pacientes y amablesy tratar bien a los demástener confianza en Dios, 23 ser humildesy saber controlar nuestros malos deseosNo hay ley que esté en contra de todo esto. 24 Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos. 25 Si el Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivirdebemos obedecerlo en todo
Pablo, al escribirle a la iglesia de Galacia, afirma que el Espíritu Santo nos hace amar a los demás; si nos sometemos al poder del Espíritu Santo, el amor de Dios se reflejará en nuestra vida de tal forma, que amaremos a nuestro prójimo como Dios manda, ya no veremos sus defectos y cosas malas que nos desagradan sino que lo amaremos sin condiciones; cuando verdaderamente hemos nacido de nuevo sucede un efecto en nuestro interior, prima en nosotros estar siempre contentos a pesar de las adversidades, problemas, enfermedades; no importa lo que nos suceda ya que el gozo de Dios es más fuerte y nos hace alabarle en todo momento. No importa cuál sea la situación por la que estemos pasando, que como fruto nos dará paz; esa paz que el mundo no entiende y que solo Dios da.

Cuando el Espíritu de Dios empieza a trabajar en nuestra vida, está naciendo dentro de nosotros el fruto del amor, que nos hace ser pacientes y amables hasta con aquellos hermanitos tan irritantes y desesperantes.
Nos enseña a tratar bien, a tratar a todos con amor, a todos sin acepción de personas, porque nos recuerda a cada instante como éramos, de donde nos sacó Dios, y ese mismo amor y paciencia que puso en otros para que nos dieran el mensaje de salvación, es el mismo que pone en nosotros para que le hablemos a otros.
El Espíritu Santo nos ayuda a creer y confiar en Dios, nos ayuda a saber esperar y ser pacientes sabiendo que todo es en el tiempo de Dios, nos ayudará a ser humildes, como Jesucristo le enseño a sus discípulos a ser mansos y humildes; siempre como Él lo fue.
El Espíritu Santo de Dios nos ayudará a controlar nuestros malos deseos Bien lo dijo Santiago: resistid al diablo y éste huirá de ustedes, pero esa fuerza y poder viene del espíritu Santo de Dios.
Por eso todos los que somos de Jesucristo tenemos que morir todos los días, morir al yo, al pecado, a los deseos de la carne, porque cuando decides en tu corazón dejar entrar a Jesucristo, darle el control de tu vida a Él, en ese mismo momento hacemos morir nuestro egoísmo y nuestros malos deseos, dejamos a un lado nuestros intereses personales por hacer la obra de Dios, llevar el mensaje de salvación a toda criatura, haciendo discípulos por todas las naciones. Si en verdad el Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivir, debemos obedecer a Dios en todo.
Por eso debemos entregarnos a la dirección del Espíritu Santo, porque nos enseñará a odiar el pecado, y a la intensa búsqueda de la santidad, porque solo de esa manera sin palabras podremos testificar que Jesucristo vive en nosotros. Jesucristo mismo lo dijo: les dejaré un ayudador, El Espíritu Santo, que nos lleva a toda verdad siempre. Cuando a Pedro le dicen que él era discípulo de Jesús, él lo negó, pero las gentes dijeron: realmente, tú también eres de ellos; pues tu manera de hablar te delata. Cuando el espíritu de Dios te toma, cambiará tu vida por completo. Sometámonos más cada día a la presencia de Dios, abandonémonos en sus brazos y dejemos que Él reine y gobierne nuestra vida por completo, vivamos a través del Espíritu de Dios.
Las obras de la carne son muchas y manifiestas. Y así como el apóstol había nombrado principalmente las obras de la carne no solo dañinas para los mismos hombres, sino que tienden a hacerlos nocivos, esos pecados excluirán del reino de los cielos a los hombres y mujeres. Pero los frutos del Espíritu Santo, aquí el apóstol nota principalmente los frutos del Espíritu, tienden a hacer mutuamente agradables a los cristianos, como asimismo a hacerlos felices. Los frutos del Espíritu demuestran evidentemente, que ellos son guiados por el Espíritu Santo.
La descripción de las obras de la carne y de los frutos del Espíritu nos dice qué debemos evitar y resistir, y qué debemos desear y cultivar; y este es el afán y empresa sinceros de todos los cristianos verdaderos. El pecado no reina ahora en sus cuerpos mortales, de modo que lo obedezcan.
Romanos 6:11 De igual manerael pecado ya no tiene poder sobre ustedessino que Cristo les ha dado viday ahora viven para agradar a Dios. 12 Así que no dejen que el pecado los gobierneni que los obligue a obedecer los malos deseos de su cuerpo. 13 Ustedes ya han muerto al pecadopero ahora han vuelto a vivirAsí que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bienentréguense a Diosy hagan lo que a él le agrada
Jesucristo ya venció en la cruz al pecado, y lo despojó de toda autoridad sobre los hijos de Dios; por lo que a través de recibir, aceptar, dejar entrar a Jesucristo a tu corazón Él te ha dado vida juntamente con Él, porque Cristo vive, y Él tomó autoridad y dominio en todo tu corazón. Nuestros pecados procuran destruir la obra de Dios en nosotros, por eso debemos pedir perdón y confesar a Dios nuestros pecados; Cristo nunca reconocerá a los que se rinden a ser siervos del pecado. Y no basta con que cesemos de hacer el mal sino que debemos aprender a hacer el bien. Debemos nacer de agua y del Espíritu, por eso debemos someternos y entregarnos más a Dios; para poder agradarlo.
Romanos 8:5 Los que viven sin controlar sus malos deseossólo piensan en hacer lo maloPero los que viven obedeciendo al Espíritu Santo sólo piensan en hacer lo que desea el Espíritu. 6 Si vivimos pensando en todo lo malo que nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos separados de Dios. Pero si pensamos solo en lo que desea el Espíritu Santoentonces tendremos vida eterna y paz. Los que viven obedeciendo al Espíritu de Dios solo piensan en agradar a Dios, y si logramos agradar a Dios podremos decir que estamos viviendo en el Espíritu de Dios, y a través del Espíritu obtendremos el galardón de la vida eterna y tendremos paz siempre.
Lucas 4:14-15 Jesús regresó a la región de Galilea lleno del poder del Espíritu de Dios. Iba de lugar en lugar enseñando en las sinagogas, y toda la gente hablaba bien de él. Y así Jesús pronto llegó a ser muy conocido en toda la región. Jesús regreso lleno de poder, dice la palabra, pero Él estuvo en un proceso de sometimiento a Dios cuarenta días, en ayuno y oración. No se trata de ayunar cuarenta días, sino que el poder de Dios nos llene conforme nos sometemos a su voluntad. Busquemos en todo tiempo agradar a Dios con nuestra forma de vida.

Tú no estás solo, Dios está contigo siempre.

Dios te bendiga, y que el amor del Padre, el amor de Jesucristo y la unción de su espíritu Santo esté siempre contigo, en el nombre de Jesús, amén.

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