jueves, 2 de julio de 2015

¿Se Acabó Mi Vida?

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.”
Uno de los grandes desafíos por los cuales atraviesa la sociedad hoy en día es el divorcio. Parece ser que ya no se ve mucho eso de “fueron felices para siempre”. Algunos datos nos dicen que en Estados Unidos se separa una de cada dos parejas, y en Europa y en América Latina una de cada cuatro. Lo más triste es que es una tendencia que va en aumento.
No es el caso tratar ahora las causas de divorcio, o si se puede o no divorciar. La posición primaria es no al divorcio, hay que salvar el matrimonio, pero se debe entender que hoy en día muchas personas no tienen las herramientas adecuadas, ni buscan la ayuda necesaria para poder rescatar su matrimonio del “fuego”, y terminan separados o en divorcio. En otras ocasiones, y no se trata de justificarlo, no queda otra que el divorcio. En todos los casos, el matrimonio no es fácil, requiere compromiso, trabajo y dedicación diaria de los dos, no de una persona.
Muchos piensan que al divorciarse su vida se acabó, que todo se ha derrumbado y su vida nunca será igual, y esta última sí es segura, su vida nunca será la misma. Indudablemente nadie se casa para luego divorciarse, todos soñamos con ser felices en el matrimonio, y al acabarse lo que piensas es que hasta allí llega tu vida y que no vas a poder rehacerla. Comienzas a ver el vaso medio vacío, en vez de verlo con optimismo y pensar que ahora tu vida puede ser mejor, porque ahora tienes la oportunidad de decidir cómo quieres que sea.
Del dolor podemos aprender para no volver a pasar por situaciones que no nos gustan o no queremos ¿Qué puedes aprender del fracaso? ¿Qué cosas no harías nuevamente? ¿Qué sí harías a la hora de establecer una nueva relación?
Respondiendo estas preguntas, te encontrarás con respuestas como:
  • “Debí haber escuchado a mis padres.”
  • “No debí tomar una decisión apresurada al casarme.”
  • “No debí unirme en yugo desigual.”
En fin, hay mucha experiencia que queda del dolor para construir una nueva vida. Pero tu vida no acaba hasta que Dios decida llamarte.
“Cada día es el comienzo de una nueva mañana”.
El siguiente paso que debes dar es mirar hacia el futuro; la realidad es que el tiempo no se detiene, y tú debes diseñar como quieres que sea tu nueva vida. Necesitas establecer un plan donde puedes disfrutar de la vida que Dios preparó para ti. No te quedes en el dolor, no te estanques en tu pasado. Busca crecer como persona, conoce gente, haz amistades que sean de apoyo para tu vida.
Comienza a ver cómo será tu vida en los próximos años, no tomes cualquier cosa que te venga, planifica a dónde quieres llegar, enfócate en ello y ponte en movimiento. ¿Qué harías a la hora de establecer una nueva relación?
Lamentablemente, muchos no creen en la planificación y se escudan en “que se haga la voluntad de Dios”, como si Dios fuese a jugar a los dados con nosotros. Cuando piensas así es porque no sabes quién eres, has perdido tu identidad y vives atemorizado o atemorizada por temor a equivocarte. Otros viven pensando que Dios está molesto con ellos porque fracasaron en su matrimonio, y se dicen a sí mismos, que no tiene sentido planificar el futuro.
Pero hay buenas noticias para ti: “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” Lamentaciones 3:22,23
Tú puedes elegir cómo quieres vivir la vida, y si haces una buena elección vas a hacer feliz.
Hoy es el mejor momento para salir de ese dolor que hay en tu corazón, hoy tú puedes comenzar a vivir una vida nueva.

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