sábado, 13 de junio de 2015

Yugo desigual entre cristianos

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos: porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente. 2 Corintios 6:14-16
Esta porción de las Escrituras prohíbe toda clase de relaciones entre creyentes y no creyentes, que impliquen la negación y ruptura de los principios y valores cristianos. Estas relaciones pueden ser de índole laboral, comercial, política, social etc.
Tradicionalmente, el texto ha sido utilizado para prohibir y condenar las relaciones amorosas entre creyentes y no creyentes. Aunque este uso es correcto, no debemos dejar de tener en cuenta que el texto es más amplio en su aplicación. Abarca toda clase de relación que no glorifique a Dios y se someta al Señorío de Jesucristo.
Aunque el encabezado de este artículo sugiere la posibilidad de emplear la frase “Yugo Desigual” a relaciones amorosas entre cristianos, realmente esto no es correcto. El texto bíblico es muy claro en precisar que se refiere exclusivamente a relaciones entre creyentes e incrédulos. Por supuesto que esto no invalida la discusión, en una sociedad nominalmente cristiana, sobre quién es creyente y quién no, y a quiénes hoy en día podría aplicarse el calificativo de incrédulo. Pero tal discusión escapa al objetivo del presente artículo.
Todo lo anterior no niega que en una pareja cristiana puedan existir incompatibilidades, que dificulten o hagan casi imposible la viabilidad de una relación matrimonial. A esta clase de obstáculos que pueden presentarse en una pareja podríamos llamarla “yugo desigual” con minúsculas, para diferenciarlos del YUGO DESIGUAL con mayúsculas, a los que se refiere directamente el texto bíblico del cual tomamos la frase.
CLASES DE “yugo desigual” ENTRE CRISTIANOS
1) Diferentes Proyectos de Vida
Una clase de yugo desigual que puede aparecer en las relaciones entre cristianos, sobre todo en el ámbito ministerial, es cuando la pareja tiene llamados y vocaciones incompatibles. Por ejemplo él quiere ser pastor y ella quiere ser misionera. Uno quiere servir a Dios en el contexto de las grandes ciudades, y el otro en los contextos rurales etc. Puede ser que la pareja pueda encontrar puntos de encuentro en que los dos se sientan mutuamente realizados, y sentir que son fieles a su comprensión de la voluntad de Dios para su vida. Pero también puede que los proyectos de vida personales de la pareja sean tan divergentes que sea imposible emparejarlos, y aunque se amen mucho decidan terminar su relación por causa de su llamado.
2) Diferentes Grados de Compromiso:
Si los dos son cristianos pero uno es un creyente maduro y espiritual, y el otro es un creyente inmaduro y carnal, aunque ninguno de los dos es incrédulo, las diferencias en sus niveles de entrega y consagración espiritual van a hacer que la relación se vuelva conflictiva y hasta peligrosa. El creyente maduro por complacer a su pareja, puede abrirse a un decaimiento y enfriamiento espiritual.
3) Diferentes clases de espiritualidad:
Supongamos que los dos son cristianos evangélicos, pero uno es bautista y el otro pentecostal. Puede ser que los dos sean cristianos maduros y comprometidos con el Señor, pero sus énfasis doctrinales y formas de culto son muy diferentes. Esta relación no está prohibida por las Escrituras pero la diferencias que existen entre los dos, pueden causar tensiones y conflictos. Estos problemas se intensifican si los dos son líderes comprometidos en sus respectivas congregaciones, que aman y se identifican con ellas. La clásica pregunta sobre en cuál iglesia nos congregaremos después que nos casemos, se agudiza con el transcurrir del tiempo.
Aunque hay parejas que resuelven este problema. Para ello, deciden escoger una nueva iglesia en la que los dos se sientan cómodos e identificados. Otros van a la iglesia de la unidad familiar que tenia un mayor compromiso y proyección ministerial. Y otros toman la opción de acabar la relación y continuar cada uno en sus respectivas congregaciones..
4) Diferentes Realidades Personales;
Lo mismo podemos afirmar de otras clases de yugo desigual, como: gran diferencia de edades, distintos niveles educativos, condiciones socio-económicas dispares, trasfondo racial y cultural distintos etc. Conviene reiterar, que bíblicamente hablando, no existe ninguna prohibición sobre tal clase de relaciones entre cristianos.
Pero tampoco es cierto que SI HAY AMOR LAS DIFERENCIAS NO IMPORTAN. Sí importan, y aunque exista mucho amor, si las diferencias no son asumidas y encaradas de manera madura, pueden hacer fracasar cualquier relación.
Las diferencias pueden hacer más difícil una relación pero no siempre imposible. Si hay suficiente amor, madurez y capacidad para saber negociar y ceder, es posible que los problemas que generan las diferencias en la mayoría de los casos se superen. En vez que las diferencias nos separen y distancien, podemos aprender a CELEBRAR LAS DIFERENCIAS Y ENRIQUECERNOS DE ELLAS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario