miércoles, 27 de mayo de 2015

Tenemos un gran Dios

Texto bíblico: 1 Reyes 18: 20-40 (Reina-Valera 1960).
Nuestro único y verdadero Dios es JEHOVÁ de los ejércitos, grande, fuerte y temible, el cual actúa de manera asombrosa y sobrenatural, más de lo que hayamos visto en este mundo. Y todo el que cree en Él y le reconoce jamás será avergonzado.
Hay una historia de la Biblia realmente emocionante, que es la escena del profeta Elías frente al pueblo de Israel, gobernado por el malvado rey Acab, quien estaba casado con una terrible mujer idólatra llamada Jezabel. El profeta Elías estaba anonadado por tanta idolatría, y quiso sacar al pueblo de su ignorancia y hacerles saber la verdad acerca de quién es el verdadero Dios (versículo 21).
woman praying5A destacar la valentía de Elías al retar al pueblo de Israel y a los 450 profetas de Baal (dios falso) (versículo 22). A veces nos da miedo enfrentarnos a quienes hablan mal de nuestro Dios, y no podemos tolerar eso. Dios y tú son multitud para desafiar lo que sea. No debemos permitir que manchen el nombre del gran Dios, de nuestro Padre o que nieguen su existencia y capacidad.
¨ Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ese sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. (Versículos 23-24).
Los profetas de Baal prepararon el sacrifico conforme se acordó, pero como era de esperar, jamás obtuvieron respuesta, Baal nunca les contesto. Pero recalquemos la confianza de Elías hacia Dios; era tan grande que estaba seguro de su victoria, él sabia a quién creía y a quién tenía por Dios. Nosotros, por querer buscar soluciones fáciles y según nuestra humanidad, buscamos refugio, respuesta y ayuda en cosas que no valen la pena, depositamos nuestra confianza en quien no debemos. Así de confiado como Elías debemos estar al burlarnos de nuestros problemas, porque sabemos que Dios siempre está atento a nosotros, nunca duerme, jamás nos ignora; y que Dios tarde en contestarnos no quiere decir que no exista o que nos ignore, solo que no es el tiempo y hay que aprender a esperar.
¨ Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle.¨  (Versículo 27).
Llego el turno de Elías. ¨Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado. Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre.¨ (versículos 30-31)
Arreglar el altar significa que debemos reconstruir el lugar en donde tenemos a Dios en nuestras vidas, ya que tal vez, nuestra relación con Él se encuentre deteriorada y contaminada a causa de los engaños de este mundo, refugiándonos en las personas equivocadas. Para reconstruirlo usó 12 piedras en representación de las tribus de Israel, pues ese era el pueblo que había escogido, pero que lo había olvidado.
Elías no quería hacerse notar, ni demostrar que al ser el único profeta era el mejor, en su corazón no había orgullo; él quería mostrar al verdadero Dios y su poder sobrenatural, lo cual, para que Dios se lo luciera, complicó más la situación. Elaborando una zanja alrededor del holocausto donde se encontraba la leña y el buey, hizo que derramaran sobre ella tres veces cuatro cántaros de agua, es decir 12 cántaros en total, uno por cada tribu, símbolo de que era el Dios de todos. Pero, ¡es imposible encender una leña totalmente húmeda!... A Dios no le gustan las cosas fáciles, eso es para los mediocres, lo difícil es para valientes. A Él le gusta actuar de manera sobrenatural.
Finalmente, Elías oró a Jehová, y le respondió. ¨Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!  (Versículos 38-39).
No tienes por Dios a cualquiera, es el Dueño, Señor y Creador de todo. Si lo sabes, no deberías entristecerte ni desanimarte por los problemas, y mucho menos alejarte de Él porque las cosas no te salgan bien. Nunca te dejará en vergüenza, Él es todopoderoso. Llama la atención de Dios buscándole de corazón y permítele que se glorifique en tu vida, enfrenta tus problemas con valentía, confía que vencerás, y siempre dale la gloria a Él. Todos somos instrumentos para que Dios se glorifique.

No hay comentarios:

Publicar un comentario