El Abad Mayor regresó preocupado a su monasterio. No lograba imaginar quién, de sus compañeros, podría ser el Mesías disfrazado. …. ¿Acaso sería el maestro del coro? …No…. muy vanidoso. ¿El maestro de los novicios? Tampoco; muy duro. ¿Quizá el hermano portero?… ¿o el cocinero? …En fin, repasó, uno por uno la lista de sus monjes, y a todos les encontraba defectos.
Al llegar al convento, comunicó a los frailes sobre este particular. Como era obvio, todos se pusieron a pensar quién de ellos podía ser el tal Mesías, pero llegaron a las mismas conclusiones que el Abad mayor.
Así es que, a partir de ese día comenzaron a tratarse mejor entre ellos, no fuera que, sin querer, ofendieran al incógnito Jesús.
De esa manera, poco a poco, el monasterio fue llenándose nuevamente de amor; amando y sintiéndose amados; recobrando la felicidad perdida.
Amigos, existe algo parecido en nuestra vida diaria: la falta de amor hacia el resto. Quizá sea que la vida moderna y agitada nos vuelve cada día más fríos, más individualistas, más egoístas; cada uno intentando llevar su propia existencia sin preocuparse de las necesidades del familiar, del amigo, del prójimo. A veces, ni siquiera sabemos cómo se llama nuestro vecino.
Así es que, a partir de ese día comenzaron a tratarse mejor entre ellos, no fuera que, sin querer, ofendieran al incógnito Jesús.
De esa manera, poco a poco, el monasterio fue llenándose nuevamente de amor; amando y sintiéndose amados; recobrando la felicidad perdida.
Amigos, existe algo parecido en nuestra vida diaria: la falta de amor hacia el resto. Quizá sea que la vida moderna y agitada nos vuelve cada día más fríos, más individualistas, más egoístas; cada uno intentando llevar su propia existencia sin preocuparse de las necesidades del familiar, del amigo, del prójimo. A veces, ni siquiera sabemos cómo se llama nuestro vecino.
Debemos, pues, cambiar dicha actitud. Debemos interesarnos también por el resto; no perder el sentido de la solidaridad sin esperar un pago, un reconocimiento por aquello… No, sino generosamente, como Dios manda, como Él lo practicó y lo practica con nosotros.
“Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros,
porque el amor viene de Dios,
y todo el que ama ha nacido de Él y lo conoce”.
(1 Juan 4:7)
La iniciativa lleva por nombre “La compasión es la comunicación verdadera” y con este gran vídeo está tocando la sensibilidad de miles de personas.
Cuenta la historia sobre un prisionero de guerra que es ayudado por una pequeña niña, y después de tener este encuentro, el hombre se dedica a ayudar a los más necesitados. Años más tarde, la hija vuelve al pueblo donde sirvió su padre y lo que ocurre es emocionante.
Cuenta la historia sobre un prisionero de guerra que es ayudado por una pequeña niña, y después de tener este encuentro, el hombre se dedica a ayudar a los más necesitados. Años más tarde, la hija vuelve al pueblo donde sirvió su padre y lo que ocurre es emocionante.
Proverbios 19:17
El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, y Él lo recompensará por su buena obra.
Romanos 12:15
Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.
El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, y Él lo recompensará por su buena obra.
Romanos 12:15
Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.
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