miércoles, 27 de mayo de 2015

El Mesías disfrazado

Una  historia cuenta sobre un monasterio en el que desde algún tiempo la piedad había decaído tanto, que dio paso a no concederle importancia alguna, una especie de aburrimiento. Los monjes no parecían felices; nadie se esforzaba por estimar a nadie, y eso se notaba continuamente.
EL MESIASPreocupado por esto, el Prior o Abad Mayor fue a buscar consejo en un sabio con fama de santo, quien después de escuchar el problema, mencionó que la causa de esa falta de piedad, era que en dicho monasterio estaba viviendo el Mesías, pero camuflado, de incógnito, sin que ninguno de los monjes se hubiera dado cuenta.
El Abad Mayor regresó preocupado a su monasterio. No  lograba imaginar quién, de  sus compañeros, podría ser el Mesías disfrazado. …. ¿Acaso sería el maestro del coro? …No…. muy vanidoso. ¿El  maestro de los novicios? Tampoco; muy duro. ¿Quizá el hermano portero?… ¿o  el cocinero? …En fin, repasó, uno por uno la lista de sus monjes, y a todos les encontraba defectos.
Al  llegar al  convento, comunicó a los frailes sobre este particular. Como era obvio, todos se pusieron a pensar quién de ellos podía ser el tal Mesías, pero llegaron a las mismas conclusiones que el Abad mayor.
Así es que, a partir de ese día comenzaron a tratarse mejor entre ellos, no fuera que, sin querer, ofendieran al incógnito Jesús.
De esa manera, poco a poco, el monasterio fue llenándose nuevamente de amor; amando y sintiéndose amados; recobrando la felicidad perdida.
Amigos, existe algo parecido en nuestra vida diaria: la falta de amor hacia el resto. Quizá sea que la vida moderna y agitada nos vuelve cada día más fríos, más individualistas, más egoístas; cada uno intentando llevar su propia existencia sin preocuparse de las necesidades del familiar, del amigo, del prójimo. A veces, ni siquiera sabemos cómo se llama nuestro vecino.
Debemos, pues, cambiar dicha actitud. Debemos interesarnos también por el resto; no perder el sentido de la solidaridad sin esperar un pago, un reconocimiento por aquello… No,  sino generosamente, como Dios manda, como Él lo practicó y lo practica con nosotros.

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros,

porque el amor viene de Dios,

y todo el que ama ha nacido de Él y lo conoce”.

(1 Juan 4:7)


La iniciativa lleva por nombre “La compasión es la comunicación verdadera” y con este gran vídeo está tocando la sensibilidad de miles de personas.
Cuenta la historia sobre un prisionero de guerra que es ayudado por una pequeña niña, y después de tener este encuentro, el hombre se dedica a ayudar a los más necesitados. Años más tarde, la hija vuelve al pueblo donde sirvió su padre y lo que ocurre es emocionante.
Proverbios 19:17
El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, y Él lo recompensará por su buena obra.

Romanos 12:15
Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.

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