Qué difícil es tener que decirle a alguien que estimas y valoras “te ruego que te apartes de mi” pero, más doloroso aún es que alguien nos diga a nosotros apártate de mí. Hay gente a la que hoy mismo tienes que decidir apartarte de ellos ya que te harán tropezar en tu desarrollo como hijo de Dios. Sabemos de sobra que hay gente que no busca hacernos bien sino nuestro mal, y no nos importa vivir cerca de ellos, contarles cosas de nuestra vida y pasar tiempo a su lado.
¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Génesis 13:9
Hay gente a la cual tienes que decirle “TE RUEGO QUE TE APARTES DE MÍ”, como lo hizo Abram con su sobrino Lot con el propósito de no tener problemas entre ellos. Muchas personas viven teniendo problemas con hermanos en la fe, con parientes, con amistades, y en vez de alejarse de ellos pasan el tiempo de pelea en pelea, y todo por no tomar cada cual su camino; Abram le decía a Lot "si tú te vas para un lado yo tomo para el otro", pero no estemos más juntos para evitar problemas entre nosotros.
Sucede que todo problema en las relaciones se inicia con la confianza, porque muchos, al tener confianza entre sí, empiezan a faltarse al respeto y a tenerse en poco, de manera que ya no se valoran como antes, ya no se miran como antes y lo peor es que ya no se tratan como antes y viven de discordia en discordia. Si Abraham no se hubiera alejado de Lot habría prolongado el cumplimiento del propósito de Dios en su vida, habría terminado como él en Sodoma y Gomorra.
Hay muchas personas que no son una buena influencia para tu vida, y si escoges seguir aferrado a ellos, lamentablemente pueden ser los que caven tu lugar de sepultura.
Llama la atención que los que se levantaron a acusar, enjuiciar y herir con palabras a Job fueron sus propios “amigos”, y después de todo lo que Job pasó, alejó de ellos, nunca más fue el mismo con ellos.
Dios te permite atravesar distintos procesos a través de los cuales Él conoce tu corazón, pero también los permite para que tú conozcas el corazón de los que están a tu alrededor. Mientras Lot no tenía riquezas todo estaba bien, pero en el momento que empezó a tener bienes materiales todo empezó a cambiar, y fue entonces cuando su tío le dijo: tomemos cada cual un camino, porque aunque te amo, aunque eres mi sobrino, ya es tiempo de que emprendas tu vida solo y yo la mía.
Mucha gente vive esclava de sus parientes y no se independiza de ellos. Prefieren vivir en un martirio todos los días, por haber problemas entre ellos, que dejar de lado a esa persona. ¿Y cuándo es el momento de dejar una relación con alguien con el que no estás identificado? La respuesta es: cuando empieza a haber problemas entre ellos. Eso fue lo que hizo Abram; en el momento que la relación entre ellos empezó a cambiar fue cuando decidió que cada uno tomara su camino.
Por eso hoy es el día de que te levantes y con palabras simples y sencillas, le digas a aquel, que no está siendo de bien para ti, “apártate de mi”. Aunque muchos no toman la decisión de irse del lado de alguien porque creen que no podrán salir adelante, porque creen que la vida gira alrededor de esa persona, el que nos sostiene es Dios no esa persona, el que nos cuida es Dios no esa persona, el que nos sustenta es Dios no esa persona.
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