Los pulpos suelen permanecer en sus cuevas durante casi todo el día, con un ojo atento al exterior y a todos los movimientos que puedan registrarse en su territorio. La cueva le brindará una protección adecuada durante el día y le permitirá descansar, para salir a recorrer el arrecife en busca de presas cuando cae la noche.
Al mismo tiempo, la morena, su más temido enemigo, sale de cacería a la misma hora. La morena posee un delicado olfato que le permite llegar en la oscuridad, hacia la guarida del pulpo. Es por eso muy beneficioso que a esa hora no se encuentre en casa. Al estar vagando por el arrecife y moviéndose permanentemente, los encuentros con las morenas resultan menos probables que estando quieto en un determinado lugar.
El pulpo tiene la extraña costumbre de recoger cosas del fondo marino y depositarlas en la entrada de su cueva. Trozos de coral, conchas de caracoles y sobre todo, cualquier cosa que brille, porque los elementos brillantes como el vidrio y el metal son los objetos preferidos de este curioso coleccionista. Cada día el pulpo dedica una gran atención a la limpieza de su colección. No está claro el motivo por los que junta y limpia estos objetos, pero tal vez pueda tratarse para llamar la atención de los congéneres del sexo opuesto o advertir a los del mismo sexo de su presencia en la zona.
El pulpo tiene la extraña costumbre de recoger cosas del fondo marino y depositarlas en la entrada de su cueva. Trozos de coral, conchas de caracoles y sobre todo, cualquier cosa que brille, porque los elementos brillantes como el vidrio y el metal son los objetos preferidos de este curioso coleccionista. Cada día el pulpo dedica una gran atención a la limpieza de su colección. No está claro el motivo por los que junta y limpia estos objetos, pero tal vez pueda tratarse para llamar la atención de los congéneres del sexo opuesto o advertir a los del mismo sexo de su presencia en la zona.
Los cazadores de pulpos conocen perfectamente esta costumbre, y con solo ver los objetos en la entrada de una pequeña cueva, saben de la existencia de un pulpo en su interior. Si los objetos en cuestión, están parcialmente cubiertos por la arena sabrán que el pulpo abandonó la cueva, pero si están limpios y ordenados el pulpo está ahí. Si un buzo se acercara a su cueva el pulpo no se inmutaría, por el contrario, lo observaría con atención. Pero si el buzo trajera en su mano un gancho, de los que utilizan los cazadores, para darle captura, inmediatamente el pulpo se internaría en la cueva tomando con sus poderosas ventosas una piedra, con el fin de tapar la entrada.
Pero desde hace unos años, en ocasiones, se observa una conducta en ellos que no deja de sorprender. Sucede a veces, que se encuentran objetos limpios en una cueva en la que definitivamente no hay pulpos, lo que significa que en otra cueva cercana se encuentra el dueño de los preciados objetos. Aparentemente, los pulpos aprendieron a poner su colección en una casa vacía pero no muy alejada de la propia, para poder vigilarlos y mantenerlos limpios y ordenados, y para despistar a los posibles intrusos.
Sin duda alguna, los pulpos son animales sumamente inteligentes y dotados de un gran poder deductivo, al extremo de poder anticipar conductas humanas que, a veces, a nosotros mismos nos cuesta comprender.
¿Sabiduría?, ¿inteligencia?, o ¿simplemente preservación? No sabemos, pero lo que sí sabemos, en otro orden de cosas pero similares, es que Dios quiere que sus hijos sean sabios e inteligentes. Que sepamos cómo actuar frente a los constantes ataques del enemigo, quien busca como destruirnos. Pero descansad….Dios es más fuerte y está con nosotros.
Tu diestra, oh Dios, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Señor, ha quebrantado al enemigo. Éxodo 15:6
El Dios sempiterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos. Expulsará de tu presencia al enemigo y te ordenará que lo destruyas. Deuteronomio 33:27
No hay comentarios:
Publicar un comentario