"¿De verdad, tú crees que para llevar una vida como cristiano hay que mantenerse alejado del placer? Yo no lo creo así. Vivir en Cristo no es dejar de sentir placer, sino renunciar a aquellos placeres que van en contra de sus enseñanzas, y disfrutar plenamente, de los que van acorde con ellas".
O sea, "Placeres eternos contra Placeres pasajeros".
El profundo placer que experimentamos siendo cristianos y la felicidad que nos da el Espíritu Santo, no tiene comparación con el estilo de vida mundano que solo brinda emociones pasajeras y vacías. Cierto escritor escribió: "el deber del creyente es disfrutar al máximo de las cosas que vienen de Dios"; recordemos lo que dice el Salmo 37:4 "Deléitate asimismo en Jehová..." y tras estas palabras hay una hermosa promesa: "... y te concederá los deseos de tu corazón".
Amigo, sería bueno que te preguntes y respondas, al terminar de leer el texto...: ¿vives tu vida buscando placeres?, ¡seguro que Sí! Pero lo que de verdad importa es ¿qué tipo de placeres buscas?, ¿profundos o vacíos?, ¿eternos o pasajeros?, ¿los que honran al Señor o los que lo menosprecian?
Dios mío, Tú sabes que estamos en tiempos maleables, que pocos practican y enseñan lo bueno, que en cambio, son muchos los que hacen el mal e indican a otros caminos erróneos de lo que es la verdadera ruta a la felicidad. Padre amado, ilumina nuestras vidas con tu luz, guía nuestros pasos por tus sendas y llena nuestros corazones de ese placer que solo Tú puedes dar. Amén.
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