Es muy difícil vivir en este mundo, donde dicen que la hipocresía hasta es una regla de educación. Pero, en aquel entonces, Jesús criticó a los hipócritas; una crítica de ellas fue ésta: “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”(Mateo 7.5).
El diccionario dice sobre la hipocresía: Fingimiento y apariencia de cualidades o sentimientos que no se tienen. Sobre el hipócrita: Que finge y representa lo que no siente o lo que no es.
Cuando te sientas sin fuerzas, abatido, cansado y sin ánimo, lee las escrituras. En ellas hay promesas y aliento de Dios para ti. “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40.29-31).
Jesús también estuvo solo, sintió dolor, creyó estar desamparado, fue traicionado y abandonado por sus propios discípulos. Pero Jesús no se sintió solo aunque en un momento creyó estarlo. Incluso en la cruz estaba cerca su madre y el discípulo amado. A pesar del intenso dolor y lo difícil de aquel momento, nunca estuvo solo, Dios estaba con Él.
Por ello, cuando te sientas solo y pienses que todo se acaba, que se han alejado tus amigos y que ya no hay remedio, mira al Señor y ten corazón para perdonar a todos los que ya no te aman. Incluso a tus enemigos. Porque Jesucristo dejó su enseñanza y Él es nuestro Maestro.
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