jueves, 16 de abril de 2015

Las llaves

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”
Isaías 41:10 RVR1960 
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
Me suele pasar que llego a mi casa, y estando en la puerta, no encuentro mis llaves que se debía suponer, llevaba conmigo, y comienzo a buscar... y a buscar, me desespero, acabo de mal humor y sin encontrar aún las llaves. Luego me calmo, respiro, oro y pido ayuda al Espíritu Santo... y encuentro las llaves. Curioso el hecho de ver cómo por cosas insignificantes en nuestra vida cotidiana, perdemos el control, y muchas veces perdemos así las llaves de la bendición.
¡Tranquilo! No pierdas esas llaves, Dios te las ha dado, las colocó en tus manos para que tu vida sea diferente a la de tu pasado cuando te enfadabas por todo. Siempre tenemos la ayuda de nuestro Padre celestial y de nuestro precioso Espíritu Santo, por lo que no permitas que las circunstancias adversas te hagan perder las llaves.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”Juan 14:16-17 RVR1960
Tenemos con nosotros al mejor amigo, la mejor compañía, al Espíritu Santo, que siempre está ahí para ayudarnos, consolarnos e incluso para interceder por nosotros; para ayudarnos a saber cómo actuar, qué hacer en medio de una tempestad, en un desierto. Pero preferimos renegar, enojarnos, perder el control en vez de pedir dirección y ayuda, ¡lamentable!. El Espíritu Santo mora en nosotros, solo anhélalo y déjalo actuar en ti, y tus llaves de bendición las colocará en tus manos.
“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.”Mateo 16:19 RVR1960
¿Ves? Las llaves de bendición están en nuestras manos, así que no las perdamos por tonterías, y más bien pidamos al cerrajero, al que abre todas las puertas que nadie puede cerrar, a nuestro Padre Celestial, que a través de su Espíritu Santo nos enseñe a usarlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario