El día que decidió construir una casa con botellas de vino vacías, familiares, amigos y conocidos creyeron que estaba loco y le instaron a desistir del proyecto. Jan Than Vanlhel no les escuchó. Sonreía al oírles, pero nada más.
La tarea fue ardua. De día trabajaba como contable en una empresa inglesa. Por las noches, a pesar de su orgullo, salía hasta los sitios donde se concentraban los desechos. Cada envase era guardado cuidadosamente, y luego en casa, almacenado de acuerdo con su tamaño y la densidad del vidrio. Era un trabajo artesanal.
La estructura comenzó a levantarse en un enorme terreno. Cada frasco era unido a otro con una silicona especial. Lo difícil eran los vientos que, en determinadas épocas del año, son demasiado fuertes. Las corrientes de aire producían la caída de las paredes y columnas.
La estructura comenzó a levantarse en un enorme terreno. Cada frasco era unido a otro con una silicona especial. Lo difícil eran los vientos que, en determinadas épocas del año, son demasiado fuertes. Las corrientes de aire producían la caída de las paredes y columnas.
Por eso, al despertar cada mañana, Jan Than se encontraba con la desagradable sorpresa de que tenía que comenzar de nuevo. Solo encontraba un montón de cristales rotos. Sin embargo, se reponía del desánimo y reemprendía la tarea.
Tardó tres años pero lo logró. La construcción de tres alcobas, un baño y una cocina, fue por mucho tiempo el atractivo de los visitantes. Nadie podía creer que alguien se hubiera propuesto acometer un proyecto de esas dimensiones. Y no solo hubo quien lo hizo sino que además, lo terminó y disfrutó plenamente.
Sin duda, usted alberga muchos sueños y proyectos. Mientras, alrededor le dicen que es imposible. ¿Piensa renunciar a sus metas solo porque los demás no sueñan? Rotundamente NO. Hoy es el día para que se levante victorioso, tome fuerzas con Dios y dé pasos firmes hacia sus anhelos.Tardó tres años pero lo logró. La construcción de tres alcobas, un baño y una cocina, fue por mucho tiempo el atractivo de los visitantes. Nadie podía creer que alguien se hubiera propuesto acometer un proyecto de esas dimensiones. Y no solo hubo quien lo hizo sino que además, lo terminó y disfrutó plenamente.
Quien tiene fe, está llamado a vencer. Un soñador de la antigüedad, David, nos dejó el siguiente registro en la Biblia: “Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré asaltar murallas. Salmo 18:29
Él sabía que con la ayuda de Dios nada le detendría en el camino hacia el éxito.
Fuimos llamados en Jesucristo a ser ganadores. La condición de fracaso quedó en el pasado. ¡Usted puede salir adelante!
Hoy es el día para comenzar de nuevo. Ánimo, tiene asegurada la victoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario