domingo, 1 de marzo de 2015

Mi mayor tesoro en la tierra

Cuando estamos muy inmiscuidos en nuestros problemas, intereses y preocupaciones, puede que descuidemos algo muy importante que Dios puso en nuestro entorno: La familia.
Si bien es cierto que con nuestra familia terrenal pasaremos solo un tiempo limitado, esto no le quita nada de importancia, pues es voluntad de Dios que crezcamos y nos desarrollemos en el ámbito de la familia. Para Dios es tan importante el núcleo familiar, que hizo que también Jesús tuviera un padre y una madre. Siendo el hijo de Dios y el Mesías, sin ningún problema podría haber nacido sobrenaturalmente.
Pero Dios quiso que naciera y creciera dentro de los lazos afectivos de una familia. Jesús supo lo que era tener un hogar con padres, hermanos, etc. Y Dios padre lo hizo para que pudiera experimentar lo importante que es el amor familiar.
Por lo cual, si aún tienes la oportunidad de compartir con tus padres, hermanos y familiares en general, no la desaproveches, porque el tiempo que los tendrás será escaso.
En estos tiempos, la familia, como institución, está siendo muy atacada y dividida. Las estadísticas de divorcios son cada vez mas alarmantes. Es momento de poner freno y no ser parte de estas rupturas.
Muchas veces, los malos entendidos provocan distancia entre tú y tu familia; no permitas que el rencor, los enojos o los malos recuerdos te separen del núcleo en el que Dios te puso. Donde haya seres humanos, siempre habrá desacuerdos, pero estos no deberían apagar ni afectar el lazo profundo que tienen. O puede ser que por alguna razón, vives lejos de tu familia; mantén el contacto con ella de modo que puedan sentir tu amor incondicional. Pregúntate ¿Cuándo fue la última vez que le hice sentir a mi familia que la amaba?
Procura pasar con ellos tiempo de calidad, que ni la distancia, ni los rencores del pasado te impidan el contacto con los que más amas. Que en todo momento puedas hacerles sentir que tus pensamientos, corazón y oraciones están con cada uno de ellos.

“Pero el que no quiere cuidar a sus familiares, especialmente los de su propia casa, ha negado la fe verdadera. Tales personas son peores que los incrédulos.” 1Timoteo 5:8 (NTV)
La familia fue creada por Dios como un grupo en el que prima el amor y la ayuda mutua, más allá de cualquier obstáculo, y a pesar de las diferencias que pudiera haber entre sus miembros.
Comienza hoy mismo a dar el primer paso aunque haya alguna enemistad; realiza esa llamada que comenzará a provocar un cambio.
Un gesto tuyo, puede hacer la diferencia...

Salmo 127:1
Si Dios no construye la casa, de nada sirve que se esfuercen los constructores.
Salmo 127:3
Los hijos que tenemos son un regalo de Dios. Los hijos que nos nacen son nuestra recompensa.
Proverbios 4:1
Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento.

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