martes, 3 de marzo de 2015

Los escalones que sean necesarios para llegar

La vida se compone de momentos, buenos y malos, siendo imposible mantenerse solo en unos. La gran mayoría quisiéramos que siempre fueran buenos, pero siendo realistas no existe una vida sin dificultades, como tampoco una sin cosas buenas, afortunadamente.
Podemos ver la vida como una escalera en la que los escalones se construyen diariamente. Por cada logro es uno que subes, por cada prueba otro que construyes; todos los procesos de la vida son buenos, solo que no todas las cosas que nos pasan pueden disfrutarse desde que comienzan, es decir, cada situación tiene algo que nos hace bien, pero a veces llegan en forma agradable y clara, y otras más... digamos que de una manera un tanto envuelta que hay que descubrir poco a poco, y donde el proceso a veces tarda y llega a ser difícil.
Cuando nos toca estar en la cima de un logro, o sea, pisando sobre el escalón, todo nos va muy bien, parece que la vida nos sonríe, que todo tiene sentido y encaja a la perfección; pero llega el momento de subir un poco más, y todo se ve complicado y difícil, como si de repente tuviéramos una racha negativa en la que nada es comprensible, en la que buscas salidas y no las hay, en la que te preguntas a dónde se han ido las cosas buenas y qué es lo que está sucediendo; pues bien, la respuesta es que quedaron en el escalón de abajo mientras sigues construyendo el que te lleva más alto.
Puede ser que, sin saber como, te encuentras en un momento en el que las cosas buenas quedaron atrás y solo te toca enfrentarte a dificultades y situaciones que no comprendes, y te asusta la idea de pensar que pudiste haber hecho algo mal para que te esté yendo de esta manera, buscas y no entiendes como salieron las cosas mal. Pero no piensas que lo que estás viviendo hoy está formando un nuevo destino, un nuevo escalón y te lleva cada vez más cerca del objetivo final.
No siempre que se nos presentan obstáculos o nuestro panorama pinta desalentador es por haber hecho algo mal, al contrario, cada prueba, por muy difícil que parezca, nos conduce a conquistar nuevos horizontes, hacia un propósito estés donde estés, y aunque es imposible verlo desde donde te encuentras hoy confundido, al terminar el proceso desde un lugar más alto, verás todo lo que has conseguido.
Es verdad que duele crecer, los cambios también acarrean confusión, y difícilmente se ve el resultado mientras están ocurriendo, pero seguro que la escalera de tu vida, esa que por momentos te cuesta tanto construir, te está preparando el camino para cosas aún mejores de las que habías vivido.
Si puedes creer que tu vida tiene un propósito, con el cual Dios te trajo al mundo, entonces puedes confiar en que aún sigue diseñando tu futuro. El plan ya fue hecho, solo te toca a ti esforzarte y seguir adelante, confiar, resistir y no darte por vencido.
¿Cuántos escalones se nos presentan en la vida para lograr llegar a nuestra meta final? Depende de lo lejos que queramos llegar; en el proceso rendirse es fácil, pero, de no seguir construyendo nunca veremos qué hay más arriba de donde estamos.

El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡No abandones la obra de tus manos! Salmos 138:8 (Nueva Versión Internacional)

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