Las migajas o un buen bistec.
El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10.
Hay muchos que se conforman solo con las migajas, “no me quiero comprometer demasiado en la Iglesia”, “déjenme aquí sin más…que lo hagan otros”, “me conformo con hacer esto, y nada más”, son algunas de las excusas que dicen. Ven a otros que crecen de una manera maravillosa, y que son utilizados por el Señor con frecuencia, representando lo que es tener la vida abundante que Jesús les ofreció. Estos hacen visibles unas personas plenas en Cristo, comen el "bistec".
Jesús vino a dar vida, pero no una vida cualquiera, es una vida abundante en la que la realización personal se cumple. La persona que tiene una vida abundante se realiza como persona, como esposo o esposa, como estudiante, o como trabajador, en fin, en lo que hay en él o en ella; mostrándoselo a los demás, hace en él, visible, la Persona de Cristo Jesús. Ha recibido el ofrecimiento gratuito de una vida nueva.
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