sábado, 7 de marzo de 2015

La escalera de tu vida

Hay escaleras que por muy hermosas que sean nos provocan temor y respeto ya que son empinadas y largas. De hecho a veces parece, cuando las miras a lo lejos, que no tienen final. Subes y subes, te sientes fatigado y parece que no estás llegando nunca. Pero aunque haya momentos en los que sientas o pienses que no llegarás al final de ellas, o que no te conducirán a ninguna parte, no puedes detenerte, tienes que seguir subiéndolas.
Aunque por momentos sientas temor, no debes dejar que el miedo te impida subirlas. Cada paso que des, te llevará y te acercará al propósito y el lugar que has soñado, y que Dios ha dispuesto para ti. Así que, cuando las subas debes pensar con optimismo, que a cada paso te vas acercando hacia la realización de esa meta.
Pero cuando termines de subir la escalera, recuerda que entonces debes empezar nuevamente, a subir otra que quizás sea más larga y empinada. Puede que hasta sea más estrecha y tú sientas que no es para ti. Sin embargo, como ya tuviste la experiencia previa de poder subir otras, podrás con esta nueva pues cada cosa que aprendemos en la vida nos sirve para continuar.
Las escaleras se usan para subir hacia cosas que son altas, y que de otra manera no podríamos llegar hacia donde esas cosas se encuentran. Para lograr cosas grandes hay que atreverse a elevarse. Hay que tomar las alas de los sueños y remontarse tan alto como puedas.

POR ESO ANÍMATE, OLVIDA EL TEMOR Y PREPÁRATE A SUBIR CON ENERGÍA LA ESCALERA QUE TE LLEVARÁ HACIA TU PROPIA REALIZACIÓN.

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