Tener plena confianza en el Señor trae muchas bendiciones, entre ellas crecimiento espiritual, realización personal, paz e influencia.
Cuando nuestra dependencia de Dios sea firme, responderemos a las dificultades buscando su dirección y su fortaleza. A la vez, experimentaremos la presencia, la ayuda y el poder del Espíritu Santo y, como resultado, crecimiento espiritual. Seremos capaces de hacer cosas mucho más grandes de lo imaginable si nuestra seguridad viene del Señor; de esta forma, puede ser que demostremos una fortaleza muy grande mientras todos los demás estén turbados; es posible que recibamos una posición de liderazgo más allá de nuestras capacidades aparentes; o puede ser que encontremos placer y tengamos éxito haciendo una tarea poco... común.
Si mezclamos la confianza en Dios con la confianza en nosotros mismos, nuestra actitud de calma se debilitará. Pero cuando nuestra seguridad descanse en Él, y mostremos plena convicción en cuanto a sus promesas, sentiremos paz, y quienes nos rodean notarán que Dios ha inspirado nuestra confianza. Al ver ellos que tenemos éxito de forma insospechada, que crecemos espiritualmente y que demostramos paz interior, desearán tener lo que tenemos.
Desarrollamos confianza en Dios al meditar en su Palabra; al conocerle más por medio del Señor Jesús; al confesar cualquier pecado que haya en nuestra vida; y al no seguir el consejo del mundo.
¿Qué revelan sus acciones: confianza en Cristo o en usted? ¿Qué pasos dará para aumentar su fe en Él?
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