Hay vacíos y espacios que se sienten en el corazón y que, independientemente del motivo que los provocan, causan que el dolor sea grande y hacen sentir la soledad; huecos que, sin importar lo que se haga para rellenarlos, siguen existiendo.
Puedes haber intentado remediar tu soledad con amigos, pero a ellos no les es posible acompañarte todo el día; también puedes buscar refugio en tu trabajo, pero al llegar la hora de salida te das cuenta que el sentimiento continúa, total, que las actividades o “momentos de escape” ya dejaron de ser suficientes y en fin,... todos lo hemos sentido alguna vez.
A veces el sentirte solo te lleva a pensar que realmente lo estás, pero si este es el caso, o sientes que te identificas con esto, entonces estas palabras son para ti: Después de haber intentado buscar algo que llene ese vacío sin lograrlo, y aunque parece que estás solo, sea cual sea el motivo que te ha llevado a donde estás, estando llorando o angustiado, Dios lo ha visto todo, ha escuchado cada una de tus palabras y quiere que le permitas llenar ese vacío que sientes. Nadie mejor para comprenderte y ayudarte que Él, pues es quien realmente te conoce, te ama y te acompaña, y su amor por ti es más grande de lo que puedes imaginar. Hay vacíos tan profundos que nada ni nadie puede llenarlos, pero Dios puede sanarlos si tú lo dejas actuar.
A veces el sentirte solo te lleva a pensar que realmente lo estás, pero si este es el caso, o sientes que te identificas con esto, entonces estas palabras son para ti: Después de haber intentado buscar algo que llene ese vacío sin lograrlo, y aunque parece que estás solo, sea cual sea el motivo que te ha llevado a donde estás, estando llorando o angustiado, Dios lo ha visto todo, ha escuchado cada una de tus palabras y quiere que le permitas llenar ese vacío que sientes. Nadie mejor para comprenderte y ayudarte que Él, pues es quien realmente te conoce, te ama y te acompaña, y su amor por ti es más grande de lo que puedes imaginar. Hay vacíos tan profundos que nada ni nadie puede llenarlos, pero Dios puede sanarlos si tú lo dejas actuar.
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