sábado, 14 de marzo de 2015

Cómo llenar ese vacío

Hay causas de sobra que dan lugar al sentimiento de soledad, como alguna pérdida familiar, el final de una relación, de una amistad, cambio de residencia, etc. Cualquier circunstancia negativa puede afectar; en la que a falta de cierta compañía, se deja sentir ese sentimiento de vacío que muchas veces, a pesar de estar rodeado de personas, sigue estando, cual pábulo, ahí.
Hay vacíos y espacios que se sienten en el corazón y que, independientemente del motivo que los provocan, causan que el dolor sea grande y hacen sentir la soledad; huecos que, sin importar lo que se haga para rellenarlos, siguen existiendo.
Puedes haber intentado remediar tu soledad con amigos, pero a ellos no les es posible acompañarte todo el día; también puedes buscar refugio en tu trabajo, pero al llegar la hora de salida te das cuenta que el sentimiento continúa, total, que las actividades o “momentos de escape” ya dejaron de ser suficientes y en fin,... todos lo hemos sentido alguna vez.
A veces el sentirte solo te lleva a pensar que realmente lo estás, pero si este es el caso, o sientes que te identificas con esto, entonces estas palabras son para ti: Después de haber intentado buscar algo que llene ese vacío sin lograrlo, y aunque parece que estás solo, sea cual sea el motivo que te ha llevado a donde estás, estando llorando o angustiado, Dios lo ha visto todo, ha escuchado cada una de tus palabras y quiere que le permitas llenar ese vacío que sientes. Nadie mejor para comprenderte y ayudarte que Él, pues es quien realmente te conoce, te ama y te acompaña, y su amor por ti es más grande de lo que puedes imaginar. Hay vacíos tan profundos que nada ni nadie puede llenarlos, pero Dios puede sanarlos si tú lo dejas actuar.

En ocasiones, vamos de un lugar a otro buscando llenar un vacío para el que parece que nada es suficiente, ni el dinero, ni la compañía, ni el trabajo, ni el deporte,... pero olvidamos buscar lo más importante, lo único que llena la medida de nuestro vacío; ese es el amor de Dios, el que llena todos los espacios, el que encontramos en sus brazos. 

Si has intentado de una y mil maneras llenar un vacío inexplicable, prueba los brazos de Dios, que siempre están abiertos para ti, y para llenar cada área y cada necesidad de tu corazón..

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