sábado, 14 de marzo de 2015

Dios siempre obra con justicia

juicio final
No hay nadie más justo que el Señor, Dios de los cielos y de la tierra; además, Dios es soberano, omnisciente y poderoso, a Él nunca podríamos burlarlo, de su justicia jamás podríamos escapar.
No importando que muchas veces no entendamos la forma de obrar del Señor, solemos ser atrevidos y creemos que porque somos hijos de Dios, adoptados por la gracia y la fe concedida en Cristo Jesús, tenemos el derecho de exigir que las cosas que suceden a nuestro alrededor salgan siempre como queremos; olvidando que no se trata de nosotros; que vivimos por y para Jesucristo nuestro Salvador, y que independientemente de lo agradable o desagradable que pueda ser para nosotros, lo que interesa en nuestra vida es que la voluntad de Dios se cumpla en plenitud.
Solemos hacernos ciertas preguntas que no son necesarias responder, queremos comprenderlo todo cuando no tenemos la capacidad de hacerlo y mucho menos, de afrontarlo.
Pero la ventaja que tenemos como hijos de Dios, es que podemos confiar plenamente en el Señor y sabernos bendecidos, porque en Él tenemos la certeza de que su perfecta y santa voluntad se está cumpliendo en nuestra vida. Entonces, ¿para qué enredarnos, para qué complicarnos?, dejemos que Dios obre; asegurémonos de estar actuando en rectitud delante de Él, obedezcamos su palabra y vivamos según sus designios. Él siempre hace lo correcto, Él es perfecto, nunca se equivoca, ¡Dios siempre obra con justicia!
Aceptemos la voluntad del Señor y confiemos en Él. En cualquier momento, Él nos ayudará a entender el propósito por el que permite muchas cosas con las que quizá no estamos contentos. Al final sabremos que todo es por nuestro bien y para su gloria.

“Porque proclamaré el nombre del Señor. ¡Conozcan la grandeza de nuestro Dios! Él es la Roca, sus obras son perfectas, y todo lo que hace es justo. Dios es fiel, verdadero, digno de confianza, y no actúa con maldad”. Deuteronomio 32:3-4 (Palabra de Dios para Todos).

¡No es lo que queramos, es lo que Dios quiera; no es como queramos, es como Dios quiera; no es cuando queramos, es cuando Dios quiera!

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