En 1816, una fragata francesa encalló cerca de Marruecos, y no había suficientes botes salvavidas. Los restos del navío formaron la única balsa, la cual mantuvo a flote a 149 personas, y la tempestad los arrastró sin rumbo, al mar abierto por más de 27 días.
La dramática experiencia vivida por los supervivientes, impresionó al artista Gericault, que hizo un profundo estudio de los detalles para pintarla. Entrevistó a los supervivientes, a los enfermos e incluso vio a los muertos. Horrorizado, reprodujo la realidad humana de esa situación.
“La Balsa de la Medusa” de Theodore Gericault, figuración de un acontecimiento que conmovió a Francia. El naufragio de la nave la Medusa (el 2 de Julio de 1816), tuvo repercusiones que tocaron lo más profundo del alma humana.
En él vemos la diversidad de las actitudes humanas, manifestadas en los momentos límites de la vida.
Nos queda pensar qué haríamos nosotros.
¿Cuántas veces atravesamos situaciones difíciles y de qué forma las afrontamos?¿Nos dejamos derrotar? ¿Tiramos a la deriva todas nuestras fuerzas? ¿No creemos que haya solución? ¿Dudamos de todo y de todos? oNos queda pensar qué haríamos nosotros.
¿Somos los que mantenemos la esperanza por encima de todo? ¿No dejamos de esforzarnos hasta llegar al triunfo?
Si ustedes observan detenidamente la pintura, verán que no se ve ningún navío que vaya a rescatarlos. Sin embargo, hay un grupo decidido a luchar hasta el fin de sus fuerzas para salvar a toda la tripulación. Imaginen: la balsa es el planeta, y los tripulantes forman la humanidad y las actitudes que cada uno adopta ante la vida.
“La esperanza está en Jesús, quien nos hará triunfar en cada circunstancia que nos toca vivir”
Job 14:7 “Porque si el árbol fuere cortado, aún queda en él esperanza; retoñará aún, y sus renuevos no faltarán”
Salmos 71:5 “Porque tú, oh Señor, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud.”
Romanos 15:13 “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.”
Salmos 71:5 “Porque tú, oh Señor, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud.”
Romanos 15:13 “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario