viernes, 20 de marzo de 2015

Atado por la Pornografia

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros,
el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, 
pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y 
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 CORINTIOS 6: 19, 20

La pornografía es una de las armas que el enemigo usa en estos tiempos para hacer caer a los hijos de Dios.

Probablemente, la pornografía sea el fracaso moral más común entre los hombres Cristianos, y entre los hombres involucrados en ministerios.
DEFINAMOS QUÉ ES LA PORNOGRAFÍA
• Literatura de tema sexual rechazada moralmente.

 La pornografía está compuesta de un conjunto de materiales que muestran órganos genitales o actos sexuales, y que se exhiben y/o contemplan con una determinada actitud que, normalmente, tiene por objeto la masturbación o, al menos, excitación de quien busca este tipo de materiales. Estos materiales normalmente se producen con un interés lucrativo, aunque Internet ha introducido la posibilidad de acceder a ellos, y conseguirlos gratuitamente.
Mientras que hay personas que no consideran que el ver pornografía, especialmente pornografía “blanda,” sea un problema serio y peligroso, encuestas que se han llevado a cabo, demuestran que la pornografía tiene las siguientes consecuencias:
• La pornografía puede contribuir a la disfunción sexual en el hombre.
Estimula el interés en la perversión y fomenta en el vidente, actuar sobre lo que ha visto.
 La pornografía exhorta ciertos hábitos sexuales en el matrimonio, que destruyen la dignidad y desvaloran a ambos participes; por lo tanto, es dañino aún dentro del mismo.
• Crea ideas no realistas sobre cómo deben de ser los cuerpos femeninos y, sobre el deseo y prácticas sexuales. Estas ideas erróneas crean descontento en un matrimonio.
• La pornografía crea una impresión falsa en el vidente sobre sus propias capacidades sexuales.
La pornografía puede ser adictiva. Es un instrumento poderoso que el enemigo usa contra la sociedad de hoy. Puede llevar a un hombre a toda clase de problemas en su vida, incluyendo la pérdida de su ministerio. Si usted está pasando por una lucha contra la pornografía, o si conoce a alguien que la está practicando, considere los siguientes pasos hacia la libertad.

VENCIENDO LA PORNOGRAFÍA
1. No niegue que el ver pornografía es algo serio.
En el instante que permita entrar a su imaginación la imagen de alguna mujer, aparte de su esposa, se crea un deseo por esa imagen y, a la misma vez, un descontento con la mujer que Dios le ha dado.
2. La pornografía y la masturbación van de la mano. No podrá vencer una sin conquistar la otra.
Pocos hombres pueden ver la pornografía sin acudir a la masturbación. La pornografía, con sus secuencias de imágenes sexuales, crea el estímulo necesario para masturbarse. Un compromiso personal para vencer la pornografía tiene que ir acompañado por otro compromiso para nunca masturbarse.
3. Dese cuenta que al ver pornografía se forja una fortaleza maligna mental y emocional. (II Corintios 10:4-5
Cuando los deseos carnales que surgen, se combinan con imágenes pornográficas, el resultado empuja a la persona a tener un gran deseo interno de ver más material pornográfico, y de actuar sexualmente según lo que vio.
4. Quite de sí el hábito de ver pornografía, sáquelo “fuera de su escondite” y diríjalo “hacia la luz.” (Santiago 4:6; 5:16)
Así como sucede con el pecado, mientras más se mantenga en secreto la pornografía traerá consigo, un sentido de vergüenza y de más poder sobre el hombre que la practica. Confesar su problema a otra persona de confianza o a un consejero es generalmente, el primer paso necesario para romper el poder de la pornografía sobre su vida. Confesarlo a otra persona requiere su humildad, invita a la gracia de Dios, lo libera de la vergüenza y convoca la oración de liberación a su favor. La vergüenza, el orgullo y la negación son los obstáculos principales para obtener liberación.
5. Por lo general, la oración de “liberación” es requisito para romper el poder de la pornografía sobre su vida.
Ver pornografía tiene un gran poder adictivo para la mayoría de los hombres. Cuando algo le controla y se siente sin poder de hacer lo correcto, puede ser que una influencia demoníaca esté demostrando su presencia.
6. Haga limpieza en casa y cambie los hábitos de su vida.
Enfrentarse a un problema difícil como la pornografía, sin antes cancelar la televisión y líneas de internet no censuradas, es como pedir el fracaso continuo. También debe alterar sus rutinas cotidianas que puedan atraerlo a la pornografía o estimular su deseo por la misma. Por ejemplo: evite ver películas restringidas o prohibidas pues la mayoría contienen nudismo. No haga compras en tiendas que, aparte de vender mercancía común y corriente, también vendan material pornográfico. Si es necesario, cambie su ruta de ir y venir de la casa al trabajo, etc.
7. Si estos pasos fallan en traerle libertad, busque ayuda profesional.
En ocasiones, la atadura pornográfica puede estar vinculada a otros problemas, incluyendo desequilibrios químicos, los cuales tienen que ser corregidos antes de que la liberación pueda ocurrir. Busque a un consejero que valore su lugar en el ministerio y que sepa cómo Dios sana este tipo de problema.
En fin, la mejor forma de recibir liberación de esta atadura es entregándole por completo tu vida a Jesús, y permitiendo que sea Él quien tome las riendas de tu vida. Renuncia a tus esfuerzos humanos fracasados en tu intento de renunciar a este hábito que ofende a Dios; es momento para dejar que Jesús tome tu vida y la transforme para hacerte una nueva persona.
RECUERDA, JESÚS TE AMA CON AMOR ETERNO

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