martes, 10 de febrero de 2015

Quiero vivir contigo

El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo. Colosenses 1:13

Inline image 2Si lo conoce como Salvador, desde la mañana, muy pronto, hable a Jesús. Orar también significa darle gracias por su presencia, por su paz que renueva cada día en su corazón. Es decirle con gozo: "Tu amor por mí es tan grande que sé que puedo confiar en ti. La prueba de ello es que me has aceptado como uno de los tuyos para siempre. ¡Muchas gracias, Señor Jesús!".
Lleno de esta seguridad, usted puede hablarle de todo lo que le preocupa. Jesús lo perdonó totalmente; incluso borró los pecados de los que usted ni siquiera era consciente.
Sin embargo, algunos de nuestros pecados nos marcan profundamente y nos hacen esclavos de malas costumbres. Por ello, pídale al Señor Jesús que lo libere de todas esas cadenas, ya sea el alcohol, la droga, el sexo, el ocultismo, el culto a sí mismo, a su cuerpo, etc. Esos "dioses", a quienes servíamos quizá a escondidas, tienen mucho poder y dejan en nuestro interior heridas abiertas que sólo Jesús puede curar.
Para ello, es necesario que desee verdaderamente ser liberado. Tenga en cuenta que habrá muchas cosas o personas, incluso amigos, que intentarán desanimarle para que no persevere en el camino de la fe. Ante la tentación, o incluso antes de que llegue, no se canse de orar al Señor Jesús.
Continúe leyendo la Palabra de Dios; en ella descubrirá que en la cruz, Jesús destruyó todas las obras del diablo. Jesús libera del poder de las tinieblas a todo el que cree en él (1 Juan 3:8). Fortalecido por lo que Jesús ha hecho, usted también será liberado (1 Corintios 6:9-11).
Orar y leer la Biblia todos los días es vivir con Jesús y ser vencedor con Él.

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