SALMOS 43:5 “¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En DIOS pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi DIOS!” (NVI)
SALMO 43:5 “ ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en DIOS, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y DIOS mío!” (R-V 95)
SALMO 43:5 “ ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en DIOS, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y DIOS mío!” (R-V 95)
Esencialmente, este texto nos dice que no existe ninguna razón válida para estar preocupados porque hemos puesto nuestra esperanza en DIOS. Si sabemos que ÉL es Todopoderoso y que ÉL nos ama, ÉL se encargará de solucionar todo lo que nos esté causando preocupación o afán. Nuestra esperanza colocada en DIOS, es la actitud correcta y adecuada que debemos asumir frente a los problemas y dificultades. Dado que esperamos que DIOS actúe, debemos quedarnos tranquilos y confiados pues ÉL sabe mejor que nadie, cómo ha de resolverse la situación.
Nos cuesta desprendernos de las preocupaciones. A todos nos pasa. Recordemos y meditemos pues, en todas las oportunidades anteriores en las cuales DIOS se ha mostrado infinitamente superior en fortaleza y poder, a todos nuestros problemas y adversidades.
Nos cuesta desprendernos de las preocupaciones. A todos nos pasa. Recordemos y meditemos pues, en todas las oportunidades anteriores en las cuales DIOS se ha mostrado infinitamente superior en fortaleza y poder, a todos nuestros problemas y adversidades.
Reconozcamos que DIOS siempre sale victorioso y que una vez más, nos mostrará que no tenemos nada que temer pues ÉL está a nuestro lado. Esto es algo importante en qué pensar. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
Gracias Señor por las muestras de tu amor. Gracias por el nuevo día que me das, por las bendiciones recibidas hasta este momento. Gracias por mi familia y por mi trabajo, por mis planes y metas a alcanzar. Porque Tú siempre estás a mi lado. Sé Señor, que puedo dejar todos mis problemas y pruebas en tus manos y que Tú me ayudarás. Gracias Señor. ¡Sólo a Ti sea la gloria! En el nombre de Cristo, amén.
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