jueves, 19 de febrero de 2015

El deseo de tu corazón

Fuimos creados para expresar a Dios y glorificarlo dando vía libre a nuestro enorme potencial.  

"(…) Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo". Salmos 20:4
El deseo es algo que todos tenemos, casi se puede decir que el mundo se mueve por deseos que siendo buenos o malos, ¡qué más da en este momento!, al fin no dejan de ser deseos. Seguramente, Dios nos creó con la capacidad de pensar, desear y ver cumplidos nuestros buenos deseos. Y no tiene nada de malo la palabra deseo, aunque la religiosidad y el legalismo han utilizado esta palabra para castrar a los creyentes de "todo deseo"; si eran buenos o malos no importaba ya que al dudar, ellos siempre enseñan ciegamente que "todo deseo está mal"; pero tal como la Biblia nos enseña, que la única revelación fiable es la proveniente del Espíritu Santo, hoy podemos comprender con claridad el tema.
Deseo es un ferviente anhelo, una necesidad, un pedido, un clamor; el deseo son ganas, es algo que quiero hacer, tener o lograr. La Biblia habla del "deseo de tu corazón" porque el corazón es lo profundo del alma, el corazón es el centro de operaciones de la voluntad donde entretejemos nuestras decisiones con los deseos.

"El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído". Salmos 10:17
"Le has concedido el deseo de su corazón, Y no le negaste la petición de sus labios". Salmos 21:2
Nacimos para cumplir esos deseos profundos que sentimos en nuestros sueños, y si no los cumplimos, puede que vivamos amargados e insatisfechos; tienen mucho que ver nuestros propósitos en la vida, con nuestro servicio a Dios y con nuestro lugar asignado.
Los deseos cumplidos, claro está que los buenos, son los que Dios quiere que experimentemos para glorificarlo y para que se vea su gloria en nosotros. Gloria de Dios es que sus hijos sean ejemplares, con una vida de victoria y de éxito.

Son muchos los que hacen lo que no les gusta reprimiendo sus verdaderos sueños, su profunda vocación, o que no están en el lugar que desearon alguna vez. Pero Dios nos desafía a que podamos salir de ese aislamiento que supone hacer cosas que no son nuestras para hacer nuestro llamado, donde brillan nuestros dones. No le puedes pedir a un pez que vuele o a un ave que nade en lo profundo del mar: pues así es cuando tratamos de meternos en cosas que no forman parte de nuestro destino. Parece bueno ese versículo que dice: "La voluntad de Dios es agradable y perfecta" (Romanos 12:2), pues cuando estamos donde debemos, en el momento correcto, estamos plenos. Solo somos exhortados a hacer morir o desechar los deseos pecaminosos provenientes de la naturaleza adánica o mundana (la carne), como los deseos egoístas, vanagloriosos... y a todo pecado.
"Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". 1 Juan 2:17
"El deseo cumplido regocija el alma; Pero apartarse del mal es abominación a los necios". Proverbios 13:19

Respeta tus sueños y el de los demás.
Hermano, debes saber que Dios quiere que cumplas los deseos de tu corazón, que seas feliz y libre. Atrévete a ponerle alas a todos tus sueños, no los reprimas, busca lo que te gusta, lo que te hace feliz, no trates de hacer cosas que otros te obliguen si realmente no te gustan, porque recuerda que así como un pez no puede salir y volar por los aires, así te sentirás si haces aquello para lo cual no naciste. Recibimos muchas imposiciones de nuestro entorno, pero nadie sabe mejor que nosotros mismos lo que queremos profundamente. Aprendamos también, a respetar a todos, las decisiones, los deseos y el trabajo de todos. No debemos presionar a nadie para que tenga el mismo sueño que nosotros o convencerlos para que hagan algo que no quieren, ya que esto solo creará fricciones en las relaciones y pésimos resultados.
¿Estás trabajando en lo que te gusta?, ¿Estás viviendo en la casa que soñabas y en la ciudad que te agrada? ¿Estás sirviendo a Dios en lo que quieres o en lo que te obligan? Si no estás pleno y satisfecho debes hacer cambios, tomar decisiones, pues Dios quiere darte el deseo de tu corazón; debes creerlo y comenzar a trabajar para alcanzar esa meta. Serás cien veces más feliz cuando trabajas en lo que te gusta, cien veces más productivo y eficaz, cien veces mejor testimonio para otros, porque la gloria y la función asignada por Dios para la cual naciste, se reflejarán sobre tu vida.
"La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido". Proverbios 13:12

Está comprobado que las personas que hacen aquello que les gusta o apasiona, tienen resultados enormemente mayores y mejores que aquellos que hacen algo por imposición, por obligación o solo por ganar dinero. Cuando estamos en nuestro lugar, para el cual nacimos, cuando buscamos cumplir los deseos más profundos y trascendentes de nuestro corazón, consecuentemente, tendremos todas las añadiduras para la gloria de Dios. Toda nuestra vida está hecha y entregada al señor, no solo ciertas actividades, todo es como para el Señor y para agradecerle. Romanos 14:8 – Colosenses 3:23
"Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a quien es de su agrado; (…)" Eclesiastés 2:26 (NVI)
Pero tal vez digas: "¡es muy difícil para mí hacer esas cosas!". ¿Es imposible? Piensa detenidamente y con total libertad, cuales son los deseos de tu corazón en todas las áreas, pues Dios te quiere ayudar a cumplirlos. Para que tengas libertad, piensa como si todo fuera posible, como si pudieras cumplir todo lo que quieras en la vida, ¿Qué cosas harías?, ¿qué cosas tendrías?. El problema es que no creemos, ese es el gran problema. ¿Sabes cual es el gran problema de Satanás?, que un hijo de Dios verdadero, se decida a creerle todo a Dios y a obedecer. Esto es dinamita para el reino de Dios, porque si crees, no ves las imposibilidades, ves solo las posibilidades. Podemos ver las cosas como si todo fuera imposible o como si todo fuera posible. Si comienzas a pensar en fe, verás que con la ayuda de Dios y tu esfuerzo podrás llegar a tener el tipo de vida que deseas. A Dios no le glorifican las derrotas, los fracasos. Los sufrimientos son para que los pasemos y para que salgamos victoriosos, pues en el mundo tendremos aflicciones, pero confiemos, ¡Jesús venció al mundo!

Y por último, para que ese deseo se transforme en realidad debemos trabajar, enfocarnos en Él y creer en Él y en nosotros. A veces tenemos que ver profundamente, pensar y meditar, hasta que poco a poco, nos daremos cuenta de qué cosas nos apasionan y haríamos el resto de nuestras vidas sin quejarnos. Todo lo que te propongas lo puedes lograr. Fuimos creados para expresar a Dios y glorificarlo mediante la capacidad de liberar nuestro enorme potencial.
"Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará". Salmos 145:19 

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