-“¡Tú solo no puedes, pero con mi ayuda vencerás!”
Dios nunca despreciará un corazón humillado y quebrantado. Estás guardado en el hueco de su corazón. Él te esculpe con la palma de sus manos, entreteje sus pensamientos dentro de tu espíritu para que puedas continuar.
Este momento que hoy estás pasando no logrará apartarte de la mano de Jehová ni de su gran amor. Al contrario, te acercará a que presencies su gloria, porque cuando te sientes débil, en Él eres fuerte y más que vencedor. Tú ves la puerta cerrada pero Dios tiene la llave, y cuando abre esa puerta no hay quien la cierre. Él quita lo que obstruye el paso y afirma tu andar para que no tropieces y caigas.
¡Tranquilízate, no te angusties! Que tú estarás a salvo porque te lleva en sus brazos. Aunque haya momentos que pienses que no, este es precisamente, el momento para que veas a Dios obrar y manifestarse como nunca antes en tu vida y en la de los que te rodean. Cuando ya no te entrometes en lo que Él está haciendo, cuando lo dejas tomar el control e intervenir, sin necesidad de que tú le des instrucciones, ese es el momento ideal, porque sabes que solo Dios es quien te podrá salvar de todo lo que estés pasando.
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