martes, 6 de enero de 2015

Oro, incienso y mirra

La historia bíblica nos cuenta que cuando los Reyes Magos fueron a visitar a Jesús, le llevaron de obsequio oro, incienso y mirra. Llama la atención que fueran tres personas las que siguieron esa estrella y llegaron a conocer a El Salvador.
oro incienco y mirraDios nos quiere decir algo con el número tres. Si nos ponemos a pensar y a investigar en profundidad, el número tres aparece cuatrocientas sesenta siete veces mencionado en la Biblia, explícita e implícitamente. Pensemos en la divinidad de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, pensemos en la resurrección de Jesús que fue al tercer día, en los ángeles exclamando “Santo, Santo, Santo”, y así podemos seguir citando eventos en los que el número tres aparece mencionado.
De acuerdo con diversos estudios teológicos, el número tres se relaciona con la resurrección y con la divinidad, lo que explicaría el que los Reyes Magos fueran tres y llevaran tres regalos a Jesús, reconociendo su divinidad y confirmándola a través de este acto. Hay estudiosos aún más aplicados, que señalan que cada elemento regalado significa algo; la mirra sería símbolo del hombre, el incienso sería el símbolo de Dios, y el oro sería el símbolo del Rey, los tres reflejos de la naturaleza de quien descansaba en el pesebre aquella noche.
Mirando un pesebre, podemos llegar a pensar en qué regalo llevaríamos a Jesús aquella noche…nos costaría mucho trabajo decidirnos, entre objetos materiales, elementos simbólicos…. Pensemos en que si Jesús es EL REY ¿qué podría faltarle? Es difícil pensar en algo, es como regalarle algo a un niño que tiene todo lo que quiere, o bien, que muchos familiares le van a hacer regalos. No sabemos decidir y pensamos que cualquier cosa podría ser de poco valor.
Pese a lo anterior, cada uno de nosotros debe pensar y meditar en qué tiene para regalarle a Jesús, que no necesariamente debe ser algo material, puede ser nuestra juventud, nuestra fidelidad y nuestro amor, por ejemplo; también puede ser nuestra profesión, nuestro compromiso y nuestra pasión…pueden ser infinitas las combinaciones, pero lo más importante es que lo que regalemos pasará a la historia, tal como lo fue el oro, el incienso y la mirra en aquel momento. Esos tres hombres tal vez nunca imaginaron que lo que daban saldría escrito en alguna parte, y que sus nombres serían siempre recordados. Es más, después de visitar a Jesús no vuelven a aparecer más en la historia bíblica, pero sí marcaron un hito, tal como tú y yo podríamos hacerlo. 
Es extraordinario lo que produce el dar, genera trascendencia y eso es algo que marca tu vida y la de los demás.

Que en todo momento podamos reflexionar sobre “los regalos” que estamos dándole a Cristo y también a nuestras familias, que Él y ellos reciban lo mejor de nosotros, aquello que produce cambios y marca historias. Transformémonos cada uno de nosotros en un Melchor, en un Gaspar y en un Baltasar.


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