“…no os angustiéis por el día de mañana…” (Mateo 6:34)
Cada día que pasa, con más y más frecuencia, vivimos como si nuestra única meta fuera conseguir acabar todas las cosas de cualquier manera. Nos levantamos temprano, nos acostamos tarde, reímos poco y siempre dejamos a nuestros seres queridos para el final, prometiéndoles continuamente pasar más tiempo con ellos, pero sin conseguirlo nunca. ¿Sí o no? Muchos de nosotros cometimos este error con nuestros hijos, y ahora lo repetimos con nuestros nietos; y ¡el tiempo se acaba!

El propósito de tu vida no es que termines todas tus tareas antes de que “suene la campana”. No, se trata de que te conviertas en lo que Dios quiere que seas y que además disfrutes del proceso. Y recuerda que cuando mueras, todavía quedarán cosas por hacer. ¡Y otra persona las hará! Así que, alégrate y disfruta de este día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario