¡Cuántas veces deseamos que Dios nos proteja en todo tiempo, que nos derrame de sus bendiciones, que nos use en gran manera, que tengamos gracia, que no pasemos por situaciones económicas penosas o que cumpla lo que tanto le pedimos!
Pero si algo debemos entender es que solo de una manera podemos conseguir ese respaldo de Dios. No lo vamos a obtener simplemente, con solo decir DIOS, TE AMO, BENDÍCEME.
Es más que eso, es obedecerle, someternos a Él, no perdiendo la relación con Él, ayunando, y por supuesto, haciendo su voluntad. Porque Dios quiere que primero, busquemos su reino y Él nos añadirá las demás cosas, pero lo más importante es buscarlo a Él, amarlo sobre todas las cosas. Si amamos más algo de este mundo, muy difícilmente Él nos bendecirá totalmente; recordemos que Él no comparte su gloria, porque Él es el gran yo soy, y es el mismo por los siglos de los siglos.
A veces queremos tener la unción de algún predicador, pero para eso tenemos que pagar un precio, porque como dice su palabra: Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu padre que está en secreto; y tu padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6: 6
Dios quiere tener influencia en nuestras vida. Consideremos que Él es el mismo que abrió el mar cuando el faraón se acercaba al pueblo de Israel, pues igualmente, Él quiere abrir el mar y decirte ¡PASA!
En todo tiempo quiere que lo busques confiadamente, que mantengas esa comunicación genuina, que le creas y confíes que Él es tu proveedor, tu ayudador porque te ama. Así Dios quiere usarte.
En todo tiempo quiere que lo busques confiadamente, que mantengas esa comunicación genuina, que le creas y confíes que Él es tu proveedor, tu ayudador porque te ama. Así Dios quiere usarte.
¿Que tenía Moisés de original? Pues su completa obediencia, siendo sensible a su voz y realizando la obra que tenía encargada, la libertad del pueblo de Dios, y tú puedes tener el mismo respaldo. Para ello, nada más que debes confiar en Él, confiar y confiar; aunque veas la tormenta, aunque con tus ojos humanos no veas la luz, Dios está ahí sosteniéndote. Cuando se cierra una puerta, Él abre dos, porque Él quita lo que estorba para bendecirte, sabe lo que realmente necesitas, y solo tienes que entregarte por completo a Él, rendirte y dejar que Jesús sea el timón de tu vida; tú solo debes estar seguro que Él es quien lleva el barco, y que no permitirá que naufrague. El que está contigo es más grande que todo, porque el que está contigo es el rey de Reyes y Señor de Señores, y si está contigo... ¿quién contra ti?
¿No estarías feliz teniendo el respaldo de Dios? Que esa influencia de lo alto, directamente de Jesús, te acompañe siempre.
Busquémosle más, busquemos su presencia, su palabra y después seamos hacedores de la misma guardando sus mandamientos y rindiéndonos a Jesús, el cual dio su vida por nosotros y... ¿por qué no atreverse a vivir para Él?
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Juan 9:31
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10
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