martes, 20 de enero de 2015

El encuentro de mi vida

Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Inline image 1Romanos 8:38-39
Este es el testimonio de un profesor de universidad:
"De todo lo que me ha sucedido, el acontecimiento más importante tuvo lugar el día en que tomé conciencia de que Jesús está vivo. Él no es solo una figura histórica del pasado, un hombre bueno que murió y desapareció. Jesucristo es el Hijo de Dios, quien murió por todos nosotros y resucitó de los muertos. Ofrece la vida a todo el que deposita su confianza en Él.
Inline image 2Yo di ese paso de la fe y desde entonces, Jesús dio un sentido concreto y sólido a mi existencia en la tierra. Por lo tanto, mi mayor deseo es vivir para Él. Tener un encuentro con Jesús cada día es la relación más liberadora que existe, pues Él me comprende mejor que yo mismo. Me va liberando poco a poco de mis dudas, de mis incomprensiones, de mis debilidades, y me hace capaz de descubrir lo que soy, una criatura frágil. Me ama y me perdona incluso en lo que podría pensar que sería imperdonable.
Si Jesús no estuviese vivo, no podría hacer gran cosa. Su amor me garantiza seguridad y esperanza en medio de este mundo inestable y variable. Nada puede separarme de Cristo. Vivir para Él, con el estímulo y la ayuda de su Espíritu, es para mí, el mayor desafío que tiene el hombre".
“Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

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