martes, 8 de julio de 2014

Lo que no pudo ser

Alguna una vez en nuestra vida, experimentamos un sentimiento de tristeza por algo que deseamos y que por alguna razón no pudo ser, como aquella gran relación que terminó, o el deseo de ser o hacer algo especifico, pero a veces a pesar del tiempo, no logramos superar o dejar de pensar en lo que pudo ser, en el qué hubiera sido si..., y nos dejamos envolver por la frustración.
Pero debes tener presente que, aunque intentes demostrar algo, una cosa es lo que puedes aparentar ante los demás, el tratar de ser fuerte, y otra los pensamientos o recuerdos que quedan guardados profundamente en tu memoria y tu corazón. Nadie más que tú sabe lo que hay en ellos, lo que te duele no tener algo o haberlo perdido; y a veces nos pasa que, a pesar del esfuerzo que ponemos de nuestra parte, las cosas no se dan, pero ¡cuidado"!, aferrarse a ellas es privarse de la posibilidad de encontrar algo mejor.
lo que no fue
Imaginamos tanto nuestra vida de una forma, que cuando las cosas no resultan como las planeamos, nos sentimos frustrados, vivimos entristecidos por no estar donde queríamos estar, y nos encerramos tanto en lo que no fue posible, que olvidamos que la vida es maravillosa y Dios tan bondadoso, que detrás de una puerta que se cierra hay una más grande que se abre.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (Nueva Versión Internacional)

Tus planes, tus pensamientos y todo lo que deseas, muchas veces parecen lo mejor para ti, pero con el tiempo te das cuenta que no fue así, aquello se va, lo pierdes o simplemente no pudo ser. Entonces te sientes triste, decepcionado de la vida, de las personas, y crees que no hay nada mejor, que nadie ocupará el lugar que alguien dejó, que no volverás a tener lo que tuviste... Pero los planes de Dios siempre son mejores que los nuestros. Duele perder lo que amas, pero superarlo te hace comprender el por qué de las cosas y te prepara para recibir lo que viene, que sin duda es mejor para los que tienen fe y esperanza.
Las cosas difíciles que vivimos son las que nos hacen madurar, las que aumentan nuestra fe y nuestra fuerza. ¡Ten ánimo!, aquello que no pudo ser tiene un por qué, y esa explicación la recibes cuando lo superas; mientras más te dispongas para salir airoso de lo que has pasado o perdido, más claridad tendrás para comprender las cosas. A veces, los finales son solo el comienzo de algo mejor.

Deja que el pasado se quede en el pasado, tú tienes un presente en el que puedes cambiar las cosas, y es ahora cuando puedes construir, comenzar de nuevo, planear, disfrutar. Hoy es cuando puede ser.


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