martes, 8 de julio de 2014

Celebración

Celebración del nacimiento de JesúsPor supuesto que no es el tiempo, pero ¿es para ti, la celebración de Navidad un tiempo de alegría o felicidad por la celebración del nacimiento de nuestro Gran Redentor?  ¿O este es un tiempo de estrés, afanes, angustias, desavenencias, divisiones, tristezas, soledad..., por las compras, la comida, los compromisos, los estrenos?
¿Cuál es realmente nuestra motivación?
Esta celebración debe llevarnos a una reflexión:
Debe ser un tiempo de mucha gratitud a Dios, por enviarnos el regalo más hermoso que alguien en esta tierra pueda recibir: Jesús, el Hijo de Dios.
De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a Su hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16. 
Que nuestra reunión familiar sea principalmente, tener tiempo para adorar al Rey de Reyes.
Debe ser un tiempo de regocijo aunque no haya un vestido para estrenar, aunque no haya mucho para comer, aunque no tengamos muchos regalos para dar, ni para recibir, pero si tenemos en nuestro corazón un lugar para Cristo, eso es suficiente. Contentos con lo que tenéis ahora, porque él dijo "No te dejaré ni te desampararé".


Debe ser un tiempo para pensar en otros.  Nadie busque su propio bien sino el del otro. 1 Corintios 10:24. Tal vez digas que no tienes nada que ofrecer, pero si tienes a Jesús en tu vida, eso es lo mejor que puedes dar a otros para  hacerlos felices, por ejemplo: Invita a alguien que sabes que está solo a pasarlo junto a tu familia. Prepara una tarjeta que tú puedes confeccionar, expresando amor y ánimo y envíala a alguien que sabes que está pasando por momentos de crisis. Prepara un pastel para alguna familia pobre. Haz una llamada telefónica a una persona enferma y dale palabras de aliento. Comparte un tiempo especial para algunas amigas, ofreciéndoles un té y preparando una mesa especial para hacerlas sentir felices y amadas. 
Dios nos ha dado creatividad y podemos usarla en este tiempo de celebración, para juntos adorar a aquel que nos amó tanto y envió a su hijo nacido de una mujer santa y ejemplar, para que disfrutemos de esta vida de una forma sana y satisfactoria.
No dejes que en este tiempo tu corazón se llene de ansiedad, de egoísmos y afanes. Disfrútalo y transmite vida a aquellos que te rodean. Tenemos el poder de influir poderosamente en aquellos que nos rodean. Disfrutemos en esta celebración.

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