Hay una tendencia a declarar la homosexualidad como el peor de todos los pecados. Aunque es innegable, bíblicamente hablando, que la homosexualidad es inmoral y es antinatural (Romanos 1:26-27), en ningún sentido la Biblia describe la homosexualidad como un pecado imperdonable. Ni enseña la Biblia que la homosexualidad sea un pecado contra el cual, los cristianos nunca tendrán que luchar.
Quizá esta sea la frase clave, “luchar contra,” en cuanto a que sí es posible ser un cristiano gay. O sea, es posible, para un cristiano, luchar con tentaciones homosexuales. Y también, otros muchos homosexuales que se hacen cristianos, tienen luchas en curso con sentimientos y deseos homosexuales, habiendo abandonado su homosexualidad. También algunos hombres y mujeres fuertemente heterosexuales, han experimentado una "chispa" del interés homosexual en algún tiempo de sus vidas. Estos deseos y tentaciones existen, y no determinan si una persona es un cristiano. La Biblia es clara en que ningún cristiano es libre de pecado (1 Juan 1:8,10). Mientras el pecado específicamente, o la tentación es variable de un cristiano al otro, todos los cristianos tienen luchas con el pecado, y todos los cristianos a veces fallan en aquellas luchas (1 Corintios 10:13).
Pero lo que distingue la vida de un cristiano de la vida de un no cristiano, es la lucha contra el pecado. La vida cristiana es un proceso progresivo en vencer las “obras de la carne” (Gálatas 5:19-21) y permitir que el Espíritu de Dios produzca el “fruto del Espíritu” (Gálatas 5:22-23). Sí, los cristianos pecan, y a veces horriblemente. Desgraciadamente, a veces los cristianos son indistinguibles de los no cristianos. Sin embargo, un cristiano verdadero siempre se arrepentirá, siempre volverá finalmente a Dios, y siempre reanudará la lucha contra el pecado. Pero la Biblia no apoya la idea de que, una persona que continua y obstinadamente toma parte en el pecado, pueda ser un cristiano. En 1 Corintios 6:11 leemos, “Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.”
1 Corintios 6:9-10 pone una lista de pecados que, de ser practicados continuamente, identifican a una persona como no redimida — el no ser un cristiano -, y la homosexualidad está en esta lista. Si una persona lucha con tentaciones homosexuales, es de suponer en teoría, que esa persona no es salva. Y si una persona toma parte real en actos homosexuales, se piensa definitivamente que esa persona no es salva. Sin embargo, las mismas asunciones no se hacen, al menos no con el mismo énfasis, en cuanto a otros pecados de la lista: fornicación (sexo prematrimonial), idolatría, adulterio, robo, codicia, alcoholismo, difamación y engaño. Sería incongruente, por ejemplo, declarar a los culpables del sexo prematrimonial como “cristianos desobedientes,” y al mismo tiempo declarar a los homosexuales definitivamente no cristianos.
Entonces, ¿es posible ser un cristiano gay? Si la frase "cristiano gay" se refiere a una persona que lucha contra las tentaciones y deseos homosexuales, - sí, un "cristiano gay" es posible. Sin embargo, el calificativo de "cristiano gay" no es adecuado para una persona que pueda llegar a tener estas características cristianas, porque éste/ésta no quiere ser gay y lucha contra las tentaciones. Estamos hablando de una persona que no es un "cristiano gay", sino simplemente un cristiano que lucha con este pecado, al igual que hay cristianos que luchan con la fornicación, la mentira y el robo. Pero si la frase "cristiano gay" se refiere a una persona que activa, perpetua, y obstinadamente lleva un estilo de vida homosexual,- no, no es posible para tal persona realmente ser un cristiano. Esto último con una sola excepción: la de hombres y mujeres que hayan nacido con un nivel hormonal que, les induzca a ser o a comportarse en la vida como homosexuales, realidad que demuestra la ciencia.
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