"Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo". Romanos 15:13
Es muy sencillo usar la palabra esperanza como el mundo la utiliza, refiriéndose a ella como expectativa o deseo, pero no como certeza. Un ejemplo de lo primero podría ser lo siguiente: "¡no sé como me irá en la universidad, pero espero lograr ese título soñado!" Cuando se usa de esta manera, el término "esperanza" expresa incertidumbre. En cambio, en los escritos del Antiguo y Nuevo Testamento podemos apreciar claramente que, se describe a la esperanza como todo lo opuesto a desear algo con duda e ncertidumbre. En la Biblia Dios nos enseña que esperar en Él significa certeza bsoluta. "La esperanza cristiana se resume en estas pocas palabras: Es la total confianza en que algo pasará, porque Dios así lo ha prometido".
La vida de los seres humanos está rodeada de muchas incertidumbres, ¿Podré mantenerme sano? ¿Mi esposo me amará toda la vida? ¿La crisis mundial afectará a mis finanzas? ¿Podré mantener mi trabajo? ¿Mis hijos llegarán a graduarse? ¿Tendré casa propia algún día? Nadie puede saber con exactitud todas las respuestas sobre su presente y menos sobre su futuro, sin embargo, sí tenemos que estar seguros de las promesas de Dios. Él nos ama profundamente, dio la vida de su único Hijo para que tú y yo seamos salvos, nos está preparando una morada en el cielo, no permitirá que nada ni nadie nos separe de su amor, pronto resolverá todos nuestros problemas por la eternidad, y la lista puede seguir y seguir.
Como creyentes que somos, es necesario que andemos por la vida con esperanza, porque tenemos la certeza y la confianza de que Dios cumplirá todas las cosas que nos ha prometido.
"Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud". Salmo 71:5
En un mundo lleno de incertidumbre, los cristianos descansamos sobre una esperanza con cimientos profundos. ¡Amén!
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