miércoles, 10 de diciembre de 2014

Sirve con amor

¨Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.¨
Colosenses 3:23-24 (Nueva Versión Internacional).
servir a DiosA medida que pasa el tiempo, vamos creando hábitos en nuestras vidas, como hacer deporte, comer saludablemente, orar, leer la palabra, ayunar, servirle a Dios etc. Pero llega un momento en que hacemos las cosas mecánicamente, porque nos toca, porque nos vemos obligados, o simplemente por pura costumbre.
Entonces perdemos la verdadera esencia, olvidamos el verdadero motivo por el que hacemos las cosas, y nos aburrimos de hacer lo mismo. Entonces, somos como robots, llegamos a la iglesia, nos sentamos en el lugar de siempre, servimos a Dios, regresamos al hogar encontrándonos con los mismos problemas y no hacemos nada por solucionarlos. Lo que se convierte en un círculo vicioso.
Una persona que se sienta así, es porque ha dejado su primer amor, o lo más seguro, es que ya no tenga la misma relación íntima con Dios, se ha apartado de su presencia y ha puesto otros intereses primero. Porque cuando tú estas en constante comunión con el Espíritu Santo, Él cada día te renueva y te revela grandes cosas, con las que puedes servir e impartir el evangelio a las demás personas. Te dará grandes ideas para llevarlas a cabo en el ministerio que estés, verás siempre una oportunidad en cada situación y no tendrás por qué aburrirte por hacer siempre lo mismo.
Cuando  amas, no te aburrirás de tu deber; cuando tienes pasión, encontrarás la manera de hacer las cosas mejor cada día, entregando lo mejor de ti. Y más si de Dios se trata.
Es un privilegio servirle al señor, es una de las mejores experiencias, pues Dios nos ha tenido misericordia, y nos coloca en lugares privilegiados que debemos aprovechar al máximo, no por apariencias ni orgullo sino porque somos más responsables. Tendremos que dar lo mejor y lograr hacer algo relevante y diferente, algo que marque un antes y un después, que impacte la vida de las demás personas por medio de nuestro testimonio y de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.

Así que no te quedes ahí sentado viendo como pasa la vida. Encuéntrate con Dios para que renueve tus pensamientos, para que sea un placer y un deleite servirle.

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