jueves, 25 de diciembre de 2014

La Lección del Ataque al Corazón

El 18 de diciembre de 1998, durante la fiesta de Navidad de mi compañía, sentí un horrible dolor en el pecho y caí a la lona cual boxeador para la cuenta de diez. 
Había sufrido un serio ataque al corazón. Un ataque al corazón es algo leve cuando el ataque lo sufre otro, pero es algo muy serio cuando el del ataque es uno.
Sinceramente, no creí que pasaría la noche. Después, los médicos me dijeron que si el ataque hubiera sido cuatro años antes, me habría matado. Los cardiólogos no poseían entonces la tecnología que salvó mi vida.
Mi ataque al corazón fue una experiencia sorpresiva y dolorosa, pero creo que en este proceso Dios fue muy bueno conmigo.
Varios excelentes médicos se movilizaron rápidamente haciendo posible no solo que sobreviviera, también evitaron cualquier daño permanente en el corazón.
Durante mi proceso de convalecencia, he aprendido muchas cosas, por ejemplo:
• Cuando intenté decirles a las personas importantes de mi vida cuánto los amaba, nunca pude decirlo suficientemente.
• Creo que mi trabajo sobre la tierra aún no ha acabado y Dios me ha dejado vivir para terminarlo.
• Por el bien de mi salud, por mi calidad de vida y el impacto que deseo hacer en el futuro, debo cambiar mis hábitos de vida.
Mi cardiólogo, el Dr. Marshall, me dijo que los hombres que sobreviven a un ataque al corazón cuando todavía son jóvenes y aprenden de él, viven vidas más largas y saludables que los que nunca sufrieron un ataque al mismo. Y yo estoy decidido a aprender de la experiencia. Cambié mi dieta, hago ejercicios todos los días y trato de vivir una vida más equilibrada.
El comentario de Mark Twain era cierto: "La única manera de conservar su salud es comer lo que no le gusta, beber lo que no le agrada y hacer lo que preferiría no hacer"Tengo que admitir que muchas veces, esto es una lucha pero estoy perseverando. 
Ha pasado más de un año del ataque al corazón y no he flaqueado en cuanto a mi dieta y a mi programa de ejercicios. Y no lo voy a hacer. Los cambios que he hecho son permanentes.
"No solo lo que aprende lo hace más sabio; deje también, que lo haga más activo".
Creo que la acción que estoy llevando a cabo ahora, me está capacitando para disfrutar de la compañía de mi esposa, de mis hijos y de mis futuros nietos, y me permitirá continuar con mi misión durante décadas, que de otro modo habría perdido.
Usted no necesita sufrir un ataque al corazón o quedar atrapado en una ventisca en el monte Everest para hacer del fracaso su mejor amigo. Todo lo que tiene que hacer es mantener un corazón dispuesto a aprender y tener ansias de aprender cada vez que falla.
Dentro de las muchas lecciones de la vida, una de las que debemos estar listos para aprender es la lección de la humildad.
Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas.
Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera. Mateo 11:28-30

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