miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿Deben los cristianos celebrar la Navidad?

La polémica de si los Cristianos deben o no celebrar la Navidad ha sido motivo de discusión durante siglos. Hay cristianos dedicados y sinceros a ambos lados del dilema, cada uno con múltiples razones del por qué sí o por qué no se debe celebrar la Navidad en los hogares cristianos. ¿Pero qué es lo que dice la Biblia? ¿Da la Biblia alguna instrucción clara, sobre si la Navidad es una festividad que deba ser celebrada por los Cristianos?

Primeramente, veamos las razones por las que algunos Cristianos no celebran la Navidad. 

- Una razón contra la celebración de la Navidad es que las tradiciones que rodean esta festividad tienen su origen en el paganismo. La búsqueda de información sobre este tema es difícil, porque los orígenes de muchas de nuestras tradiciones son tan oscuros que sus fuentes de información, a menudo, se contradicen entre ellas. Campanas, velas, muérdago y otras decoraciones se mencionan en la historia del culto pagano, pero el uso de éstas en el hogar, no indica explícitamente que sea retornar al paganismo. Está claro que hay raíces paganas en algunas tradiciones, pero hay muchas más asociadas con el verdadero significado de la Navidad: el nacimiento del Salvador del mundo en Belén. Campanas que tañen para anunciar las buenas nuevas, velas que se encienden para recordarnos que Cristo es la Luz del Mundo (Juan 1:4,9), una estrella que se coloca en la punta del árbol para conmemorar la estrella de Belén y regalos que se intercambian para recordarnos los obsequios de los reyes magos a Jesús, el regalo más grande de Dios a la humanidad.

- Otro argumento contra la Navidad, especialmente el del árbol de navidad, es que la Biblia prohíbe traer árboles a nuestros hogares para decorarlos, porque en este caso, la adoración y gloria no es al nacimiento de Jesús. Un capítulo ilustrativo es quizá
s, el de Jeremías 10:1-16, aunque este pasaje se refiere a cortar árboles, cincelar la madera para hacer un ídolo y después decorarlo con plata y oro con el propósito de inclinarse ante él y adorarlo (también Isaías 44:9-18). No trata de la Navidad, por lo tanto, este pasaje en Jeremía, no puede tomarse fuera de contexto y aplicarse como legitimo argumento contra los árboles de Navidad. Pero Deuteronomio 16:21 sí dice: "No plantarás bosques, ni árbol ninguno cerca del altar del Señor Dios tuyo". 

- Otro
s cristianos que prefieren ignorar la Navidad, indican el hecho de que la Biblia no proporciona ni siquiera aproximadamente, la fecha del nacimiento de Cristo. El 25 de diciembre puede no ser ni siquiera aproximado a la fecha real en que nació Jesús. En fin, existen un sinnúmero de argumentos en ambos lados, algunos refiriéndose al clima en Israel, las costumbres de los pastores en invierno y las fechas de los censos efectuadas por los romanos. Todos estos argumentos contienen cierto grado de conjetura, lo que nos trae nuevamente al hecho de que la Biblia no nos dice exactamente, cuando nació Cristo.

Algunos ven en ello, la prueba de que Dios no desea que celebremos Su nacimiento, mientras que otros ven en esta omisión de la Biblia, una tácita aprobación.
Otros cristianos piensan que, dado que el mundo celebra la Navidad, aunque cada vez se convierte más y más en algo políticamente aceptado el referirse a esta fecha como “días festivos”, los cristianos no deberían hacerlo. Pero de esta forma, llegaríamos al mismo argumento usado por falsas religiones que niegan totalmente a Cristo, al igual que ciertos cultos como los Testigos de Jehová, quienes niegan Su deidad. 

Y por fin, aquellos Cristianos que sí celebran verdaderamente la Navidad, tienden a ver en ello, la oportunidad de proclamar a Cristo como “la verdadera razón de la celebración” en todas las naciones y para aquellos que son cautivos de falsas religiones.

Como hemos visto, no hay realmente una razón bíblica para no celebrar la Navidad. Y al mismo tiempo, no hay tampoco un mandato bíblico para celebrarla. A fin de cuentas, celebrar la Navidad o no, es una decisión personal. Sin importar la opción que los Cristianos elijan en relación a la Navidad, sus puntos de vista no deben ser usados como un arma para atacar o denigrar a aquellos con criterios opuestos, y  tampoco deben ser usados como un galardón para el orgullo sobre si se debe celebrar esta festividad o no. Como en todo, debemos pedir sabiduría a Aquel que la otorga libremente a todo aquel que la busca (Santiago 1:5) y aceptarnos unos a otros en gracia y amor cristianos, independientemente de nuestras opiniones sobre la Navidad.



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