sábado, 1 de noviembre de 2014

Ser o No Ser… - Reflexiones

Cuando yo era pequeño, en el parque los niños citaban en broma la famosa frase de Shakespeare: “Ser o No Ser; Esa es la Cuestión”. Pero en realidad no entendíamos lo que significaba.
Más tarde supe que el personaje de Shakespeare, Hamlet, a quien se refiere en estas líneas, fue un príncipe melancólico que se enteró de que su tío asesinó a su padre y se casó con su madre. El horror de esta realidad fue tan perturbador que pensó en el suicidio. Su duda, la dilación fue: “Ser” (continuar viviendo) o “No Ser” (quitarse la vida).
A veces, el sufrimiento en la vida puede llegar a ser tan abrumador que somos tentados a caer en la desesperación. Las pruebas pueden hacer parecer que la vida no vale la pena. Centrarnos en nosotros mismos puede llevarnos a la desesperación, pero poner nuestra confianza en Dios nos da una perspectiva completamente diferente. Mientras vivamos en este mundo, podemos tener la certeza de que nuestro Dios Todo-suficiente, puede sostenernos. Y como sus seguidores, siempre tendremos un propósito divino para “Ser”.
Las pruebas nos hacen pensar; pensar nos hace sabios; y la sabiduría hace que la vida sea provechosa.
Hermanos, no queremos que ignoréis acerca de la tribulación que nos sobrevino en Asia, pues fuimos abrumados en gran manera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.  2 Corintios 1:8

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