Obedecer a Dios puede llegar a ser más complicado de lo que creemos; pero desviarnos de sus preceptos puede ser más fácil de lo que pensamos. La Palabra de Dios nos advierte enfáticamente sobre el hecho de servir a dioses ajenos. Servir a dioses ajenos es asumir costumbres y practicar ritos de otras culturas, basados en creencias paganas contrarias a las de Dios.
No importa que la celebración se haya hecho desde generaciones pasadas en su familia, o que sean costumbres que sus hijos quieren adquirir. En Deuteronomio 13:6,8 se nos advierte sobre dejarnos llevar por costumbres que no honran a Dios: “Si te incita tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciéndote en secreto: “Vayamos y sirvamos a dioses ajenos”, que ni tú ni tus padres conocisteis….no te sometas a sus deseos ni le hagas caso..” Recuerde que usted tiene un compromiso con Dios, y probablemente también lo tenga con su pareja, con sus hijos o con sus amigos; de acuerdo, pero muestre primero que la verdad de Cristo vive en usted.
No se trata de describir ahora los motivos por los que no debe celebrar Halloween o alguna fiesta semejante; no obstante, piense que antes de decidir celebrar una costumbre o tipo de festejo investigue sus orígenes, y luego consulte a Dios sobre el tema. Eduque a sus hijos sobre estos temas para que ellos no se desarrollen como víctimas de las tendencias del mundo. Ser cristiano lo llevará a estar conculcando muchas acciones de la sociedad moderna. No importa lo que digan los demás, primero es Dios.
No ignoremos las maquinaciones del enemigo; él se disfraza como ángel de luz y sus seguidores también 2 Corintios 11:14. Este tipo de celebraciones parecen inofensivas y nosotros llegamos a ser muy permisivos por no querer llevar la contraria al mundo; pero amigos, recordemos que aunque nosotros estamos en este mundo, no pertenecemos a este mundo Juan 15:19. Debemos estar en contra de toda costumbre mundana que en nada enriquece nuestra vida como hijos de Dios. Más bien estemos unánimes como un solo cuerpo y en un solo espíritu, orando para que sean abiertos los ojos del pueblo de Dios y para luchar contra las fuerzas de las tinieblas en nuestra comunidad.
Amado Dios, Tú eres el dueño de los cielos y la tierra y todo lo que en ella se despliega, y para honrarte y servirte existimos. Abre nuestros ojos al mundo espiritual y llénanos de tu sabiduría para que sepamos conducirnos en esta sociedad que nos ha tocado vivir. Cubre mi vida y a mi familia con la sangre poderosa del Cordero Santo. Te lo pido en el nombre de Jesucristo. Amén.
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