lunes, 10 de noviembre de 2014

La Constancia En La Vida Cristiana

“Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.” Juan 17:7-8 (NVI)
Esta frase me parece muy interesante: Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro es fácil. Lo difícil es criar un hijo, regar un árbol y que alguien lea el libro. 
Y me hizo reflexionar sobre la necesidad de la constancia. No se cría a un hijo en unos días, ni se logra un árbol en plenitud en un rato, tampoco se lee un libro en un par de horas. Todo lleva un tiempo, y para estos días donde todo es instantáneo (hay jugo instantáneo, puré instantáneo, pizzas instantáneas, amores instantáneos), Dios plantea un concepto de paciencia y constancia que al hombre se le escapa.
constancia en la biblia
No nos sale naturalmente la cualidad de ser constantes, pero es un atributo que debemos aprender a cultivar. Es por lo que el Señor Jesús oraba antes del Calvario. A sus discípulos les había enseñado durante años. Había empleado mucho tiempo en darles la información que necesitaban. Esa información les había generado certeza y confianza, y finalmente, la confianza había redundado en acción.
Es cierto que tardaron. Si midiéramos su resultado, evaluado post-crucifixión, ninguno de ellos sería clasificado como un buen discípulo. Sin embargo, Cristo tuvo paciencia, y siguió clamando por sus discípulos. Y la espera dio su fruto. Ellos, finalmente, actuaron como verdaderos cristianos, como pequeños Cristo.
Pasaron más de dos mil años y el deseo de Cristo sigue siendo el mismo. Ya no lo tenemos a Él para nos enseñe, lástima, pero nos dejó un manual de instrucciones perfecto y completo. La Biblia contiene toda la información de parte de Dios, que el ser humano necesita conocer. Solo cuando la leemos, instruimos nuestro espíritu. Y estudiarla nos da certeza y confianza en Dios porque lo conocemos cada vez más.
El conocimiento profundo de la persona de Dios genera como consecuencia, acciones. Es imposible lograr esto en un par de días. A los discípulos les llevó años, pero finalmente lo lograron. Jesucristo sigue orando para que tú y yo alcancemos ese objetivo por excelencia. Nos dio las herramientas necesarias para lograrlo. Solo hace falta tener la constancia de leer la Biblia y estudiarla para formar nuestro carácter espiritual y madurar.

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