sábado, 29 de noviembre de 2014

El poder de la alabanza

Dios pone una herramienta poderosa en tus manos que te libra de tu angustia, tristeza o depresión. Sólo tienes que decidir usarla. Pablo y Silas pasaron momentos difíciles, ambos fueron azotados y luego echados dentro de una cárcel oscura y sucia. ¿Qué harías tú en semejante situación?... Lo que hicieron estos dos prisioneros fue sorprendente: comenzaron a cantar himnos a Dios (Hechos 16), y tuvieron su propia reunión de alabanza y adoración. ¡Increíble!
Nosotros fuimos creados para adorar y alabar a Dios. Sin embargo, como suele hacer nuestro Padre, esta práctica también produce beneficios para aquellos que la ejercen. Lo que comenzó como un sencillo ejercicio de fe y esperanza, terminó siendo la herramienta que Dios usó para dar libertad a Pablo y Silas; y no solo a ellos, sino a todos los prisioneros que se encontraban en aquel terrible lugar. Hechos 16 nos dice que después de haber cantado, llegó un gran terremoto, y todas las puertas y cadenas de aquel lugar de ataduras fueron abiertas y rotas. La alabanza se convirtió en la bomba nuclear que Dios usó para traer libertad y salvación a muchas vidas.
Hay dos clases de alabanza. Una de ellas se produce después de la liberación o la obra de Dios en nuestro favor. Los salmos están llenos de ejemplos de esta clase de alabanza. Algunos como: "Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza" (51:15); "Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día" (35:28); y, "A Jehová cantaré en mi vida, a mi Dios cantaré salmos mientras viva" (104:33).
La otra clase de alabanza es la de la obediencia y fe, como la mencionada en 1 Tesalonicenses 5:18 cuando dice: "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús". Dios quiere que cualquiera que sea nuestra circunstancia, levantemos nuestras voces en alabanza y agradecimiento a Él. Esta era la alabanza que practicaban Pablo y Silas, y es la alabanza que produce milagros. Otro ejemplo del poder que tiene esta clase de alabanza, se encuentra en 2 Crónicas 20, cuando Dios dio una gran victoria al pueblo de Israel sobre los moabitas y amonitas, después de haber comenzado a alabar en el momento de enfrentarse a unos enemigos terribles y poderosos. Humanamente, Israel no podía luchar contra este tipo de pueblos guerreros, pero cuando Dios le dijo: "Alaben", Israel obedeció y vio la mano de Dios levantarse a su favor, y sus enemigos fueron totalmente derrotados, sin levantar ni siquiera una espada. ¡Ese es el poder de la alabanza de obediencia y fe!
¿Dónde te encuentras ahora mismo? ¿Estás en una cárcel? ¿Te enfrentas a un enemigo más poderoso que tú?... No todas las cárceles son hechas con manos humanas, externas; otras veces, el enemigo nos ataca interiormente, pero el principio es el mismo: "la alabanza es una herramienta poderosa de liberación y salvación". Algo sucede cuando ponemos nuestra mirada sobre el Dios de toda la creación y no en nuestra propia situación. Nuestra fe crece cuando dejamos de mirar nuestra situación y miramos a nuestro Salvador, Sanador, Liberador y Padre. Esto es lo que sucede cuando comenzamos a alabar, y en el momento en que dejamos de luchar y procedemos a alzar nuestras manos para adorar, en vez de alzarlas para luchar o trabajar. Entonces, Dios puede hacer su obra.
Podrás tener años de cárcel, años de lucha contra el enemigo, pero para Dios no existen los límites del tiempo. A Él sólo le importa la obediencia de sus hijos. Mira hacia tu futuro brillante con Cristo. Si una adicción aprisiona tu cuerpo y mente, mira hacia tu Libertador. Si tu cárcel son sentimientos de enfado, rencor, falta de perdón o angustia, déjalos por la paz que sobrepasa el entendimiento. No importa cómo llegaste a estar en aquella cárcel, lo importante es que Dios está poniendo una herramienta poderosa en tus manos, que te podrá liberar de tu angustia, tristeza o depresión. Solo tienes que decidir usarla, solo tienes que decidir obedecer y dar gracias en todo. "¡Que todo lo que respire alabe a Dios!" (Salmo 150:6).

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