lunes, 17 de noviembre de 2014

El bautismo cristiano, un paso de obediencia

Hace poco más de un año, mientras fijábamos fecha para llevar a cabo bautizos, una hermana que recientemente había aceptado a Cristo y que era candidata para ser bautizada, me decía que estaba pensando seriamente, si lo haría o no, porque le parecía que al hacerlo adquiriría un mayor compromiso y no sabía si estaba preparada para ello.
Lamentablemente, decidió no hacerlo y unos meses más tarde se alejó de la iglesia y hasta ahora no ha regresado. Volvió a su vida anterior, y aunque la visitamos en diferentes ocasiones, ya no regresó; finalmente nos dijo que ya no deseaba ser visitada, que cuando estuviera lista regresaría.
En esas ocasiones utilizó frases parecidas “no sé si estoy preparada para ello” y“cuando esté lista entonces regresaré”. ¿Qué pasaría si todos esperáramos a creer estar listos o que hubiera ciertos requisitos o estándares que cumplir? Seguramente, habría muy pocos cristianos en el mundo o quizá no habría ninguno.
Sí, ser bautizado representa un compromiso, pero no es mayor que el hacer nuestra oración de fe, en la que confesamos a Cristo como Señor y Salvador. Es más bien, un pequeño paso en el camino de la fe que es necesario dar; el Señor espera que demos esos pequeños pasos, que realmente no son difíciles, que solo requieren decisión y estar dispuestos a obedecer.
La palabra compromiso, de acuerdo a la Real Academia Española, significa: Obligación contraída, y obligación tiene definición: Vínculo que sujeta a hacer o abstenerse de hacer algo establecido por precepto de ley, por voluntario otorgamiento o por derivación recta de ciertos actos.
Luego entonces, cuando nosotros voluntariamente, hacemos la oración de fe, aceptando como Señor a Jesucristo, es cuando hacemos el compromiso de obedecerle y de caminar de acuerdo a su voluntad; no olvidemos el significado de Señor.
Romanos 10:8-9 “8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”
La palabra Señor se traduce del vocablo griego kúrios, que significa amo y dueño de acuerdo al diccionario Strong. Por tanto, al aceptarlo como tal ya hemos contraído la obligación de obedecerle y el bautismo es una ordenanza a cumplir:
Mateo 28:19-20 “19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Vemos entonces, que no se trata de estar preparados, se trata de obediencia, se trata de que sí se ha creído. No se puede creer a medias, porque entonces no seríamos Hijos, no podemos aspirar a ser Hijos solo creyendo un poquito, se cree o no se cree; con el Señor siempre serán absolutas las definiciones, por eso dice:
Apocalipsis 3:15-16 “15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”
Si tú has creído y has confesado que Jesús es Señor de tu vida, nada debería impedir que fueses bautizado, y si hay en ti alguna duda deséchala de inmediato, porque si Jesús es tu Señor no tienes más que obedecerle.
Hechos 8:36-38 “36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.”

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