Yo me pongo a pensar y me preguntó: “Dios, ¿qué sería de mí si me faltaras? ¿Tendrían colores mis días, encontraría las fuerzas para seguir adelante? Porque pienso que sin Su presencia en mi vida yo respiraría, caminaría, existiría, sí, pero no podría disfrutar de todo lo bello que contemplo. Ni sentir esa emoción que embarga mi interior al saberme amado por el Señor y al poder compartir ese amor con otros.
Sin Él ya hace tiempo que hubiera desertado. Quizá ni pudiera escribir porque mi motivación mayor al hacerlo, es que las personas reciban paz, amor, consuelo, gozo y que todos esos sentimientos les impulsen a acercarse más a Dios, a conocerle y a creerle. Porque hay muchos que están convencidos de que lo necesitan y otros de que tienen a Dios en su vida, pero no hacen nada por transmitirle ese amor a Dios.
¡No, no soy un fanático! De hecho soy una persona muy imperfecta y lucho cada día por ser alguien mejor. No por lo que los demás puedan pensar u opinar de mí, aunque hasta cierto punto esto es importante, sino porque deseo tener siempre una conciencia tranquila y mucho más, porque quiero que mi Padre Celestial se sienta muy orgulloso y muy amado por mí. Pues el lugar más especial en mi vida lo ocupa solo Él. Yo sé que no lo puedo impresionar, pero quiero servirle y venir ante Su presencia tal como soy y sin reservas. Quiero que mi vida esté aferrada a Dios porque sencillamente, sin Él todo sería muy carente de sentido para mí.
Y tú querido amigo(a), ¿has pensando qué sería de tu vida si Dios no estuviera contigo? Y tú que no le conoces aún, que has escuchado hablar de Él en muchas ocasiones, pero no le has dado la oportunidad de intervenir e introducirse en tu vida… ¿no has considerado que ya es tiempo de aceptarlo, de recibirlo en tu corazón?, ¿de que cada día recibas de Él nuevas fuerzas para seguir luchando? Tu vida dará un giro de 180 grados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario