domingo, 5 de octubre de 2014

Semillas y fe - Reflexiones

Una fábula cuenta acerca de un hombre que estaba mirando tranquilamente en una tienda, y descubrió que Dios estaba detrás del mostrador. Así que el hombre se acercó, y preguntó: 
-¿Qué vendes? Dios respondió: 
-¿Qué desea tu corazón? 
-El hombre dijo: Quiero felicidad, paz mental y ser libre del temor, para mí y para todo el mundo. Dios sonrió y dijo: 
-Aquí no vendo frutos. Solo semillas.
En Gálatas 6, Pablo enfatizó la importancia de sembrar semillas de comportamiento que honren a Dios, porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (verso 7). No podemos esperar experimentar el fruto de las bendiciones de Dios, si no reconocemos la importancia de hacer nuestra parte.
Seguir el ejemplo de otros que han sembrado buena semilla puede ayudarnos. Un buen ejemplo puede inspirarnos o, acomodados, hacernos decir: "Ah, sí, él/ella es así, sus cambios de humor, los nervios, la impaciencia o la preocupación no le suponen un problema, como no es mi caso, simplemente tiene un mejor temperamento que yo". 
"Puede que no se nos ocurra que tal vez, esa persona haya tenido que luchar por conseguir su serenidad y que también podríamos triunfar, si hiciéramos lo mismo".
¿Estás cansado de tu manera de ser? Pídele ayuda a Dios y comienza hoy a sembrar las semillas de nuevas acciones y respuestas. A su debido tiempo, el Espíritu te dará el crecimiento.
Las semillas que sembramos hoy determinan el tipo de fruto que cosecharemos mañana.
Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7

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