Dos caminos divergían en un bosque de tono cobrizo-amarillento, como corresponde al otoño, y apesadumbrado por elegir, por no poder recorrer ambos caminos al ser tan solo un viajero, por decidir me detuve largo tiempo; miré a lo largo de uno tan lejos como pude hasta el extremo de que giraba en la maleza.
Entonces tomé el otro, muy parecido, siendo tal vez menos oportuno porque estaba cubierto de hierba y mostraba menos desgaste; aunque pensándolo bien, al atravesarlo lo habría de desgastar igual.
Entonces tomé el otro, muy parecido, siendo tal vez menos oportuno porque estaba cubierto de hierba y mostraba menos desgaste; aunque pensándolo bien, al atravesarlo lo habría de desgastar igual.
Ambos yacían igualmente, llenos de hojas que nadie había oscurecido con sus pisadas. Bueno, ¡dejo el primero para otra ocasión!, pensé. Sin embargo, sabiendo que un camino llevaba a buen término, dudé que alguna vez tuviese la oportunidad de tomar el otro.
Al contar esto, lo hago con un suspiro. En algún lugar, hace muchos, muchos años, dos caminos divergían en un bosque y yo… yo tomé el menos transitado… y eso hizo toda la diferencia.
Este pensamiento es en realidad, un poema que ilustra una reflexión personal que puede extrapolarse a todos.
Nos presenta un cuadro de las decisiones que tomamos en la vida: una vez tomada una opción, aun pensando que podamos regresar, caso de fracasar, para tomar la otra opción, pronto descubrimos que en muchos casos, la decisión es irreversible. Esto no significa, sin embargo, que Dios no nos dé nuevas oportunidades, lo cual Jesús mismo vino a garantizar.
Lo que sí significa es que necesitamos aprender a caminar de la mano del Señor, cuando recorremos una ruta que nunca hemos transitado. Podemos confiar en que si nos aferramos al Señor, habremos escogido el camino que marcó la diferencia.
Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Génesis 6:12.
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Dios sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. Génesis 18:19.
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Dios sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. Génesis 18:19.
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