domingo, 26 de octubre de 2014

El buen Samaritano

Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas. Lucas 10:33-34
Como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Juan 13:15
La Ley de Dios, consignada en la Biblia y dada en otro tiempo al pueblo de Israel, mandaba amar al prójimo como a sí mismo. Alguien preguntó: “¿Quién es mi prójimo?”; para contestarle, Jesús cuenta la historia de un hombre que cayó en manos de ladrones. A punto de morir al borde del camino, ese pobre hombre fue socorrido por un samaritano que pasaba por allí.
Inline image 1
El "buen samaritano", en el lenguaje corriente, señala a alguien que se ocupa caritativamente de su prójimo. Sin embargo, el alcance de esta parábola no es solo motivarnos a ser buenos con las personas que nos rodean. Jesús también quiere que su interlocutor comprenda cuál es su estado moral, que entienda y se ponga hipotéticamente, en la tesitura del desdichado que cayó en manos de los ladrones. 
Esta es la situación de toda persona que vive sin Dios. Está ante la muerte, sin ninguna esperanza. El buen samaritano representa al Señor Jesús, quien vino del cielo a buscar y a salvar a los que estaban perdidos, heridos, a fin de cuidar de ellos.
Al terminar su parábola, Jesús preguntó: “¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?”. “El que usó de misericordia con él” (Lucas 10:36-37).
Jesús vino a esta tierra como hombre. Él fue nuestro prójimo y se dio a sí mismo, al aceptar morir en una cruz para salvarnos. Si hemos experimentado su amor en nuestra vida, ¿cómo no ser compasivos con los que nos rodean?


No hay comentarios:

Publicar un comentario