El amor es hermoso, ¿no crees? ¿Cuántas veces tu corazón ha latido precipitado por el simple hecho de saber algo de esa persona? Seguro que más de una. Entonces, si el amor es tan importante, hermoso, maravilloso, ¿por qué no esperamos por él?, ¿por qué nos precipitamos y decidimos hacer las cosas como no deben hacerse?
Una de las razones es porque dejamos de mirar hacia el futuro, es decir no nos proyectamos en el tiempo y queremos vivir solo el momento. ¿Pero acaso se vive de los momentos presentes? ¿De estos momentos de soledad pretendes formar un hogar saludable? ¿De los momentos actuales crees que podrás serle fiel a tu pareja, sin ella? Pues la respuesta es NO. Cuando una persona ama de verdad, sabe esperar, porque sabe que la recompensa será la mejor, la que se obtendrá después de tanto esfuerzo. No nacemos con premios en las manos, todo en esta vida cuesta, y el amor, que es más que un sentimiento puro, necesita también paciencia.No hay por qué dar pasos apresurados si notamos que el sentimiento que nos mueve no es el amor sino el deseo, placer, lujuria, etc. Si crees que encontrarás estabilidad en todas estas cosas, no vas por buen camino para encontrar el amor. Además, recuerda que el amor es benigno, es decir, siempre querrá nada más que lo bueno, lo cual implica nada de egoísmos, nada de vanidad. Si realmente amas, realizarás acciones que edifiquen tu relación sentimental y que edifiquen a tu pareja como ser humano. Pensarás en aquella persona y te esforzarás por serle fiel, sincero, permanente.
Cuando hay amor de verdad, no presumirás ni serás vanidoso comparándote con el amor que tu pareja sienta por ti, al contrario, estarás orgulloso de haber encontrado a preciosa joya. El amor no busca herir al otro con banalidades de la vida y lo más importante, si tu anhelo es ese amor que tienes el día de hoy en tus manos o esperas que venga, necesita tener como base a Dios, porque con Dios como mediador todo será para bien. Por eso, amigo/a que quizá piensas que amar es cuestión de decir sí ante el altar o ante un registro público, ¿has puesto como mediador a Dios?, ¿estás permitiendo que Él dirija tu relación?, ¿estás dejando que la bendiga?
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