El sol y la luna representan las veinticuatro horas de protección que nos brinda Dios por Su Misericordia. Esto no quiere decir que nunca vayamos a pasar por adversidades y obstáculos en la vida, sino que en cada circunstancia y vicisitud, los hijos de Dios saldremos victoriosos porque “sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su Propósito son llamados” (Romanos 8:28 Reina-Valera 1960 (RVR1960).
Dios preserva a Sus Hijos, Él siempre llega a tiempo. El Poder protector de Dios nos sostiene hasta la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, por tanto es necesario que nos mantenamos firmes y confiados en que Dios siempre está y estará guardándonos. "Dios te bendiga grandemente. Declaro que la protección del Señor nuestro Dios, esté siempre contigo dondequiera que tú vayas. Que tus pasos siempre estén libres de peligro y dirigidos por Dios. Hoy declaro y decreto lluvia de sanidad a tu vida. Declaro que el Señor abra puertas a tu vida, que Su provisión te rebose como nunca antes. Declaro en el nombre de Jesús, que tus hijos sean prosperados en todo lo que emprendan. Declaro y decreto en el nombre de Jesús, paz a tu hogar, y el enemigo no prevalecerá contra ti ni contra tu familia".
Padre Celestial, Tú que vives en las alturas y moras en mi corazón. Hoy vengo ante tu presencia con acción de gracias por todo lo que Tú haces por mí, no porque lo merezca sino por tu misericordia y por tu amor. Gracias Señor, porque nunca estoy sola/o. Gracias Señor, por guardar mi entrada y mi salida. Gracias, mil gracias, porque Tú nunca me has desamparado y nunca me has dejado. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario