Después de visitar un refugio para personas sin hogar, algunos adolescentes anhelaban expresar lo que habían experimentado. Llenos de emoción, escribieron acerca de su visita a hombres y mujeres de todas las edades, que eran pobres e indigentes.
Un adolescente escribió: Hablé con un veterano de Vietnam y le dije que en el cielo tendría un cuerpo nuevo. Pude tranquilizarle en su fe.
Otro dijo: Un muchacho llamado Miguel me mostró que, incluso viviendo como vivía, en un refugio para personas sin hogar, tener fe marcaba para él toda la diferencia.
Otro dijo: Un muchacho llamado Miguel me mostró que, incluso viviendo como vivía, en un refugio para personas sin hogar, tener fe marcaba para él toda la diferencia.
Y otro escribió: Hablé con un hombre que casi había dejado de creer en Dios. Traté de alentarle en su fe.
Ser embajadores de Cristo (2 Corintios 5:20) tiene oportunidades, tanto para compartir el Evangelio como para fortalecer a los que están luchando. Busca a alguien hoy que necesite tu aliento o "la palabra de la reconciliación" (verso 19). -JDB
Una palabra de aliento puede significar la diferencia entre rendirse y continuar.
Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2 Corintios 5:14-21
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