domingo, 20 de julio de 2014

Yo estaré confiado en mi Salvador - El Señor me acoge - Salmo 27

Soy bendecido y redimido por la preciosa Sangre de Jesús. El Salmo 27 es un Salmo de verdadera ministración, y de ahí la confianza en el contenido de sus poderosas palabras de seguridad. El Señor es mi protección, por tanto no temeré. Sé que mi Redentor vive y siempre está a mi lado, Él nunca me ha desamparado, Él nunca se retrasa, mi Señor Jesucristo siempre llega a tiempo para extender Su mano poderosa.
Inline image 1Unas de las promesas que Dios le brindó al rey David y hoy nos la brinda a nosotros, es que nuestro Padre Celestial siempre está del lado de Sus hijos, de aquellos que le adoran en espíritu y en verdad. Un hijo de Dios que lo busca en espíritu y en verdad, vive confiado y no tiene por qué temer porque Jehová de los Ejército pelea sus batallas. Hubo tiempos en que el rey David con todo su poder, no recurrió a sus armas y caballos de guerra para pelear contra sus enemigos. Se refugió en la protección del Señor Todopoderoso. Aun totalmente inmerso en las tormentas y circunstancias de la vida, el rey David seguía confiando en el Señor, sabía que tenía muchos enemigos y dijo:“Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón: Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado” (Salmos 27:3).
Quizás se han levantado falsos testigos a tu vida que respiran crueldad y no desean verte bien. El rey David declaró que un ejército lo rodeaba para comer su carne y matarlo, pero estuvo confiado en el Señor. El enemigo siempre buscará la manera de hacer caer a un hijo de Dios, en cambio Dios nos hace caminar en las alturas. Hermanos, es cierto que en algunas ocasiones y en medio del dolor, la desesperación nos invade y las fuerzas se debilitan, y el enemigo nos hace pensar que somos poquita cosa. En esas terribles situaciones nos olvidamos quiénes somos en Cristo y lo valioso que somos para Él. Es precisamente en esos momentos cuando, si clamamos a Dios Él llega a socorrernos.
Satanás, el Padre de las mentiras, quiere hacernos pensar que no somos nada, cuando él mismo sabe que somos Hijos del Gran Rey.
Pero el Señor Jesucristo, extiende Su mano para ayudarme, me fortalece y levanta mi cabeza. Jehová el Señor es mi fortaleza, Él hará mis pies como de ciervas, y me hará andar sobre mis alturas. Habacuc 3:19

El Señor me fortalece y me reviste con Sus armaduras para estar firme contra los ataques. “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:10.11). Vestido con las armaduras de Dios mis enemigos no podrán resistirme, huirán, mis enemigos no prevalecerán, serán humillados y avergonzados. Jehová les tapará las bocas. Jehová está de mi lado, por tal razón vivo confiado.
Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada. Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa. Cantad a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos. Jeremías 20; 11-13
La vida de un creyente es una vida expuesta a muchas batallas, y el origen de esas batallas es espiritual “porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
El apóstol pablo nos habla en Efesios, acerca de las armadura de Dios, y nos enseña cómo usarla para estar firme. “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”. Efesios 6:16-17
Con el Escudo de la fe y la Espada del Espíritu no debo andar asustado, más bien andaré confiado porque Jehová está de mi lado. Aunque contra mí se levante guerra, no temerá mi corazón, Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1;7. “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:31 (RVA 60)
Perseverar y creer en las promesas que Dios nos brinda en Su palabra. Su palabra es la Fuente de vida que salva, libera y sana. El Señor vive y viene pronto, por tanto, Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.

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