miércoles, 16 de julio de 2014

No importa cuánto tarde….

Da gritos de alegría, mujer estéril y sin hijos; estalla en cantos de gozo tú, que nunca has dado a luz…. Agranda tu tienda de campaña, extiende sin miedo el toldo bajo el cual vives… porque te vas a extender a derecha e izquierda… No tengas miedo, no quedarás en ridículo; no te insultarán ni tendrás de qué avergonzarte…. tu redentor es el Dios Santo de Israel, el Dios de toda la tierra”  Isaías 54:1-5 
La palabra estéril significa incapacidad de reproducirse, que no da fruto, que no produce nada.
La esterilidad no es solamente de hijos. La esterilidad es no tener aquello que, de forma natural en un cierto tiempo, tienen los seres humanos.
esperando
La esterilidad puede materializarse en los negocios. Ninguno prospera. Ninguno se materializa. En no haber acabado los estudios. Por más que trataste no llegaste a completar esa meta. La esterilidad también puede ser matrimonial, han pasado los años y aún no te has casado.
No importa cuál sea nuestra esterilidad, que éstas nos hacen sentir frustrados, nos desalientan, nos entristecen, nos enojan, nos avergüenzan y nos hacen ser el centro de la burla de aquellos que sí lo han logrado.
En la Biblia hay varios casos de mujeres que eran estériles; algunas eran ya muy ancianas, pero finalmente dieron a luz.
Sarah dio a luz a Isaac, Rebeca a Jacob y Esaú, Raquel a José y Benjamín, la esposa de Manoa a Sansón, Ana a Samuel, y Elisabet a Juan el Bautista
¿Qué tienen en común sus hijos? Todos ellos fueron usados grandemente por Dios. Tuvieron un propósito grande y marcaron historias.
¿Qué debemos entender de estos casos de esterilidad presentados en la Biblia?
Que Dios siempre cumple las promesas, que la intercesión en oración tiene poder. Que si estamos orando desde hace mucho tiempo, no perdamos la fe porque las oraciones no caen en el vacío.
Cuando se espera algo durante mucho tiempo, generalmente se valora más, se cuida más de lo normal, se aprecia. Esto quiere decir que Dios puede estar retrasando tu bendición porque hará cosas grandes contigo y con tu fruto.
Declaremos con confianza y fe, a la gente, qué haremos con el fruto que recibiremos cuando acabe la esterilidad. No importa cuántas afrentas y burlas hayamos recibido por nuestra esterilidad, pues cuando el Señor responda nos gozaremos grandemente.
NO IMPORTA CUÁNTO TARDE, ESPERARÉ EN MI SEÑOR.
Señor mío, perdóname si en algún momento he perdido las esperanzas, si me he sentido triste o he puesto en duda tus promesas, por las burlas que he recibido de personas que tienen lo que aún yo no he podido tener. Gracias porque sé que cuando yo reciba mi bendición esperada, me gozaré y ya no sufriré más afrentas. Sigo esperando en ti. Te amo, mi Dios. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario